Una mujer homínida que murió hace unos 90 mil años era mitad neandertal y mitad denísova, según el análisis genómico de un hueso descubierto en una cueva siberiana. Esta es la primera vez que los científicos identifican a un humano antiguo híbrido, cuyos padres pertenecían a distintos grupos humanos.
Los hallazgos se publicaron el 22 de agosto en la revista Nature.
El equipo, liderado por los paleogenéticos Viviane Slon y Svante Pääbo del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, realizó el análisis del genoma en un único fragmento de hueso recuperado de la cueva de Denísova en las montañas de Altai de Rusia.
Esta cueva debe su nombre a los 'denísovanos', un grupo de humanos extintos identificados por primera vez en base a las secuencias de ADN de la punta de un hueso de dedo descubiertas allí en 2008. La región de Altai, y la cueva específicamente, también albergaban a los neandertales.
Teniendo en cuenta los patrones de variación genética en humanos antiguos y modernos, los científicos ya sabían que los denísovanos y los neandertales debían haberse criado entre sí, y con el Homo sapiens. Pero nadie había encontrado previamente la descendencia de primera generación de esas parejas, y Pääbo dice que cuestionó los datos cuando sus colegas los compartieron por primera vez.
"Pensé que debieron haber arruinado algo". Antes del descubrimiento del individuo neandertal-denísova, a quien el equipo llama cariñosamente Denny, la mejor evidencia de una asociación tan cercana se encontró en el ADN de un espécimen de Homo sapiens que tenía un antepasado de neandertal dentro de las 4-6 generaciones anteriores.
Los denisovanos son, junto con los neandertales, los parientes extintos más cercanos a los seres humanos, tal y como pudieron comprobar investigadores de Alemania tras el análisis de un pequeño fragmento de hueso. "Este fragmento formaba parte de un hueso más largo y por ello podemos estimar que el individuo tenía al menos 13 años", dijo la especialista Bence Viola, de la Universidad de Toronto (Canadá).
De acuerdo con los investigadores, la madre se encontraba genéticamente más cerca de los neandertales que vivían en Europa occidental que de los que residían en la cueva de Denísova. Esto muestra que los neandertales migraron entre Eurasia occidental y oriental decenas de miles de años antes de su desaparición, según los expertos.
El padre denísova, por su parte, tenía al menos un antepasado neandertal en su árbol genealógico. "Es sorprendente que hayamos encontrado a esta niña neandertal-denísova", reconoció Svante Pääbo, autor principal y director del departamento de Genética Evolutiva del instituto de investigación.
"Quizá los neandertales y los denísovanos no tuvieron muchas oportunidades para conocerse, pero cuando lo hicieron, debieron de aparearse con mucha más frecuencia de lo que creíamos", sentenció.
* Con información de EFE y Nature.
FM