La hepatitis infantil, de origen desconocido, que desde el mes de abril ha ganado la atención de expertos en salud pediátrica alrededor del mundo, llegó a México en días pasados, registrando sus primeros cuatro casos confirmados en Nuevo León y casos sospechosos en otras partes de la república.
En entrevista con MILENIO, el hepatólogo pediatra, Juan Francisco Aguilera Ramos, detalló que la enfermedad es clasificada así porque a diferencia de las hepatitis A, C, D y E, que normalmente son causadas por virus hepatotropos (que van hacia el hígado), en estos diagnósticos no se ha encontrado el agente causal.
“Sí sabemos que muchas bacterias de nuestra microbiota, es decir nuestra flora intestinal, se alteraron después de las infecciones con el SARS-CoV-2 que produce el covid-19, y que esto dio a un cambio en las bacterias y algunas, que normalmente no atacan a las personas sanas, pueden estar atacandonos”, refirió, “no sabemos si otro virus, si otra bacteria cambió o se agregó alguna que no hemos identificado para ser causa de esto”.
Debido a que es una etapa sumamente inicial, tampoco se descartan otras causas, refirió el especialista adscrito al servicio de gastroenterología del Hospital Español. “Se supuso en un principio que se trataba de un norovirus, variante de adenovirus; luego se supuso que serían los variantes de la familia F (F4 y F41), también se supuso que algunos alimentos trajeran algún otro tipo de virus, en especial pescados y carnes que no estén bien refrigerados en estas épocas de calor”.
Ante esto, remarcó que hasta no tener identificado el agente causal, no podemos estar seguros de lo que está pasando. La realidad es que tenemos que prevenirnos contra cualquier cosa, ya sean bacterias, parásitos o virus que puedan contagiarse, abundó.
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La enfermedad caracterizada por inflamación de la glándula hepática, es decir, del hígado, está ligada a niños entre 2 y 16 años, pero predomina en edades entre 10 y 12 años, cuyos casos han tenido suma atención se la Secretaría de Salud para su estudio. Al respecto, Aguilera Ramos, afirmó que la sobrevigilancia es lo que nos permite actuar para sacar adelante a los niños.
“Es un problema importante, el nivel de infecciosidad es relativo porque sólo está afectando a los menores de edad y a la fecha no se tiene ningún caso de adulto, pero es lo que se está investigando”, recordó.
Y aunque todavía no llega a culminar como una pandemia, sí se debe tener una sobrevigilancia epidemiológica en los casos de hepatitis, sobre todo en niños al hacer el perfil inmunológico porque en esta etapa abunda la hepatitis tipo A.
Síntomas
-El menor se siente cansado.
-Se le pintan los ojos de amarillo.
-Orina oscura, parecida al refresco de manzana o más.
-Heces de color blanco
-Coloración amarilla del cuerpo (ictericia)
Prevención
-Lo que se consume debe estar bien refrigerado
-Lo que se cocine, si no se termina, no volver a guardarlo (sobre todo los productos de origen animal)
-Cuando se consuma pescado, cuidar que no huela mal, el ojo tenga buen tono y que la consistencia sea buena, es decir, que al manipularlo las huellas no se le queden marcadas.
-Las cosas se pueden congelar y consumir solo una vez, lo que no se consumió después de descongelar el producto, debe desecharse porque se contaminan con otras bacterias.
-Lo más importante sigue siendo la higiene de manos: lavarlas 40 segundos, en cada ocasión de la muñeca a la punta de los dedos y los pliegues interdigitales y la palma de la mano.
-No tratar de resolver los problemas médicos en casa
-No esperar a que el niño o la niña se sientan mejor.
DMZ