Su apariencia puede ser atractiva para muchas mujeres e intimidante para otros hombres, pero debajo de esa capa de abultados músculos —muchas veces, fruto de arduo esfuerzo y horas en el 'gym'— se esconde una verdad insospechada, pues un estudio médico vinculó la musculatura y fuerza física masculina con eyaculaciones pobres, semen de mala calidad y un conteo espermático bajo.
Los hallazgos se publicaron en la revista científica Animal Behavior y en el estudio participaron biólogos y psicólogos de la Universidad del Oeste de Australia —University of Western Australia.
Para el estudio, el equipo de científicos dirigidos por Yong Zhi Foo, de la Universidad del Oeste de Australia, tomaron a un grupo de 118 hombres y les pidieron que posaran para fotos del rostro y del cuerpo completo, mostrando a la cámara su atractivo físico. A cada uno se le pidió también una muestra de semen recién eyaculado, el cual se sometió a un conteo espermático y a pruebas de movilidad y morfología del esperma.
Después, 12 mujeres heterosexuales calificaron el atractivo y la masculinidad de los sujetos del estudio; por último, un grupo mixto de 91 personas calificaron qué tan fuertes se veían los hombres en las fotos. Como era de esperarse, los hombres percibidos como 'más fuertes' también resultaron más atractivos para las mujeres; evolutivamente, esto se explica porque se perciben como los más aptos para proteger a sus parejas y su descendencia.
La sorpresa vino cuando llegaron los resultados del análisis de esperma: los hombres que lucían una musculatura más imponente también tenían, en promedio, los conteos espermáticos más bajos —es decir, menos espermatozoides— y, aunque no hubo cambios en la movilidad o la morfología, esto resultó en una calidad más baja del esperma.
Una teoría que busca explicar esta relación tiene que ver con el esfuerzo físico empleado en actividades como ir al gimnasio, y con la acción de hormonas como la testosterona: según los investigadores, la energía que se invierte en las sentadillas, los press de pecho y los ejercicios con mancuernas podría invertirse en mejorar la aptitud reproductiva.
De igual modo, Foo especula que si bien el nivel de testosterona aumenta cuando se realiza actividad física intensa, un nivel excesivo de esta hormona resulta contraproducente en términos de producción de espermatozoides y de semen de buena calidad.
El biólogo ahora busca reproducir su estudio con otros grupos de la población para establecer con mayor claridad la relación entre el entrenamiento en un gimnasio y las eyaculaciones de baja calidad.
* Con información de Animal Behavior y Smihtsonian Magazine.
FM