Especialistas guiados por la ciencia han demostrado que la homosexualidad no es ninguna perversión ni patología, aseguró la fundadora del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir, Marta Lamas Encabo.
“Se arrastró esta idea hasta que la ciencia empezó a plantear que no, que lo que hace que una relación sea o no patológica, no es el uso de los órganos o partes del cuerpo, sino el consenso en la relación”, resaltó.
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“Esto lo fueron planteando psicoanalistas, psicólogos, antropólogos y el conocimiento llevó al poder jurídico en la Unión Europea a emitir una resolución sobre la homosexualidad en la que se aprobó en el siglo pasado el matrimonio entre personas del mismo sexo”, agregó.
La Premio Nacional por la Igualdad y la No Discriminación 2011 expuso que uno de los grandes aportes que ha hecho la ciencia es mostrar cómo ideas culturales “se desmoronan” en la medida que la investigación científica avanza.
“En México, nuestra Corte hasta el 2015 aceptó que el matrimonio no solo se diera entre hombre y mujer, pero nuestros prejuicios, usos y costumbres han hecho que solamente en la Ciudad de México, Coahuila y otro estado más se permita el matrimonio entre personas del mismo sexo”.
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“El por qué les cuesta tanto a los legisladores de las demás entidades federativas modificar la ley, es porque tienen un prejuicio y junto con ello información científica sobre la sexualidad que es del siglo XIX”, señaló la especialista durante la mesa redonda Más ciencia, menos prejuicios, realizada el Museo de las Ciencias Universum.
Fernando Vizcaíno Guerra, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que los prejuicios no desaparecen de la noche a la mañana al tratarse de un aspecto inconsciente.
“El problema del prejuicio adquiere una dimensión diferente cuando esas características se utilizan para el ejercicio del poder. La llegada de Donald Trump es la mejor representación de este tema (…) Hay elementos familiares, individuales llenos de prejuicios y eso es propio de todas las sociedades, pero el problema se vuelve significativo cuando los prejuicios se convierten en política de Estado y particularmente adquiere la forma del nacionalismo”.
FM