Florida recibió el impacto de dos poderosos ciclones en menos de dos semanas. Su paso provocó un sin fin de daños materiales, así como la muerte de más de 200 personas. Actualmente de ambos huracanes no queda más que el nombre: Helene y Milton, sin embargo, el efecto en cadena que desataron podría prolongarse hasta por más de una década.
De acuerdo con un estudio centrado en Estados Unidos (y publicado recientemente en la revista Nature), los ciclones tropicales causan un aumento significativo en las tasas de mortalidad de la región a largo plazo. De hecho, tienen la capacidad de provocar muertes de manera indirecta hasta 15 años después de su llegada.
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En una entrevista para la revista Stanford Report, Solomon Hsiang, autor principal del estudio, explicó que, según el análisis de datos, las personas mueren antes de lo que lo hubieran hecho si el ciclón no hubiera tocado tierra en su comunidad.
Tanto él como su colega Rachel Young plantean que este tipo de fenómenos “impone una carga anual de alrededor de 55.280 y 88.080 muertes en exceso”, lo que en promedio implica entre 7 mil y 11 mil muertes anuales de manera indirecta.
En este sentido, de 1930 a 2015 las tormentas y huracanes que llegaron a territorio estadounidenses contribuyeron a entre 3.6 millones y 5.2 millones de muertes en la región.
“Estimamos que los ciclones tropicales contribuyeron a más muertes que todos los accidentes automovilísticos, enfermedades infecciosas o muertes en batallas de Estados Unidos en guerras”, aseguran.
Los decesos indirectos podrían estar relacionados con dinámicas más complejas detonadas por los ciclones, como lo son las pérdidas económicas, la falta de acceso a la atención médica, el aumento de estrés físico y mental, o los cambios en el entorno natural que podrían terminar repercutiendo en la salud de las personas.
Y es que, aunque probablemente más de 3 de cada 100 muertes en todo el país están relacionadas con ciclones tropicales, el impacto no es igual para toda la población.
¿Quiénes están en mayor riesgo?
Se encontró que, en el caso de Estados Unidos, aquellos que viven en el sureste tienen la mayor proporción de muertes totales atribuibles a los ciclones tropicales.
“Por ejemplo, el 13% de las muertes en Florida, el 11% de las muertes en Carolina del Norte, el 9% de las muertes en Carolina del Sur y el 8% de las muertes en Luisiana durante este período se pueden rastrear a su clima de ciclones tropicales”, añaden.
No obstante, incluso dentro de las regiones, hay otros factores a considerar, por ejemplo, las personas negras tienen tres veces más probabilidades de morir después de un huracán en comparación con la población blanca, debido a mayor vulnerabilidad.
A la par, detectaron que el impacto de los ciclones tropicales es especialmente significativo para las personas menores de 45 años. Los bebés son los más afectados: las muertes relacionadas explican el 25 por ciento de su mortalidad total. Para las personas de 1 a 44 años, los ciclones son responsables del 15 por ciento de las muertes.
Aunque hay más decesos relacionadas con huracanes dentro del grupo de 65 años y más, las muertes solo representan alrededor del 3.5 por ciento total. Por lo que, pese a que los ciclones afectan a las personas mayores en términos absolutos, tienen un mayor impacto en la mortalidad de los más jóvenes.
Un problema actual y futuro
Los científicos también detectaron que los ciclones se han vuelto más frecuentes desde 2001, lo que ha provocado un aumento en las muertes relacionadas con estos fenómenos. Antes de dicho año, los ciclones tropicales causaban en promedio 9.2 muertes al mes, después, este promedio aumentó a 43.3.
Este incremento no se debe a que los ciclones sean más intensos en sí mismos, sino a que la población queda expuesta a estos fenómenos de forma más constante a lo largo del tiempo.
Además de los factores climáticos, la forma en que las personas se distribuyen también suma a los efectos que desencadena un huracán o tormenta tropical. La migración a áreas de mayor peligro, como las costas, ha incrementado los daños y las muertes relacionadas con estos fenómenos.
Si bien de 1950 a 2015 los factores climáticos por sí solos contribuyeron a un aumento de entre 0.848 y 1.34 muertes por mes relacionadas con ciclones tropicales, el desplazamiento de la población hacia las áreas costeras aumentó el riesgo.
Y es que, los autores del estudio notaron que la migración incrementó la mortalidad promedio mensual en un 14.3%, lo que equivale a aproximadamente 0.69 muertes adicionales por mes, o el 7.5% de la tendencia total.
Aunque los científicos aún no tienen claras las razones, actualmente se encuentran analizando las posibles causas del incremento de la mortalidad con el fin de crear planes de respuesta futuros.
LHM