Los primeros antecedentes de los juegos Olímpicos son de hace más de 2 mil años, desde entonces su evolución no se ha detenido: se han integrado disciplinas, eliminado algunas prácticas y establecido nuevas reglas.
Conforme se ha ido consolidando, la justa olímpica se ha visto acompañadas por el desarrollo no solo del deporte sino también de la ciencia y la tecnología.
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Se espera que estos conocimientos jueguen un papel crucial en los juegos de París, Francia, ya que por primera vez se hará uso de la Inteligencia Artificial (IA), además de que se han aplicado diferentes sistemas para reducir la contaminación generada durante las competencias.
Cuando la ciencia y el deporte se apoyan
De acuerdo con el Comité Olímpico Internacional una de las celebraciones más emblemáticas para la ciencia fue la de México 1968, esto debido a que, en sus palabras, “marcaron un punto de inflexión en el desarrollo de la ciencia del deporte”.
Y es que, durante este año, un grupo de científicos logró comprobar una de sus teorías: los atletas de resistencia pueden mejorar su rendimiento si entrenan en altura, ya que esto les permite producir más glóbulos rojos y fortalecer la capacidad pulmonar.
En aquella ocasión, debido a la presión atmosférica y los niveles de oxígeno, el rendimiento de los corredores de media distancia se vio afectada, mientras que la de los velocistas mejoró, ya que “no necesitaban un consumo sostenido de oxígeno”. Los resultados de estas olimpiadas marcaron el inicio de los entrenamientos en altura:
“Hoy en día es el método de entrenamiento más común en los deportes de resistencia y cuyos beneficios se sienten mejor a nivel del mar”, explica el Comité.
Los trajes de origen ‘espacial’
Quizá uno de los ejemplos más icónicos y polémicos de la mancuerna entre tecnología y deporte es el del traje de baño LZR Racer de la marca Speedo.
Muchos de los nadadores profesionales que lo llegaron a utilizar aseguraron sentirse más veloces al usarlo, y no es para menos, cada parte del traje, incluidas sus costuras, fue diseñada para reducir la resistencia al avance en el agua.
Esto fue posible gracias a que se realizaron pruebas en el túnel del viento del Centro de Investigación Langley de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés).
En 2008 el bañador fue un hito dentro de las olimpiadas debido a que casi todos los deportistas que lo usaron lograron establecer nuevos récords mundiales. Un técnico italiano acusó que estos trajes daban ventajas similares al dopaje, llegando a asegurar que su uso era equivalente a un ‘doping tecnológico’.
Desde entonces, el traje entero LZR Racer original quedó prohibido en competencias internacionales, no obstante, una versión modificada del mismo sigue siendo utilizada, de hecho, en estas olimpiadas de París 2024 se podrán observar algunos de esos modelos.
La tecnología en los resultados
Aunque el avance tecnológico ha abierto debates sobre la ventaja que puede llegar a brindar a los competidores, como ocurrió con el traje de baño, en algunos casos ha ayudado a realizar competencias más justas.
Y es que, en los juegos olímpicos se aplica un sistema inalámbrico de puntaje, mismo que permite monitorear los golpes de las peleas en taekwondo, evitando el posible sesgo que podría llegar a tener un árbitro en caso de observar o marcar mal un punto.
El sistema comenzó a utilizarse en los Juegos de Río de Janeiro y fue de gran ayuda, ya que no solo detecta si una pata fue dada por el pie o por la rodilla sino también a que parte del cuerpo del contrincante llegó, lo que ha permitido tener puntajes mucho más precisos.
Camas ‘antisexo’ y la sostenibilidad en las olimpiadas
En las competencias de Tokio 2020 se hicieron virales las camas en las que dormirían los deportistas: artefactos hechos con cartón y diseñados para soportar el peso de una sola persona. En el contexto de la sana distancia debido a la pandemia, estas ganaron fama rápidamente con el apodo de camas 'antisexo'.
Tras cuatro años, los muebles de cartón volvieron para dar un lecho a las y los competidores de los juegos París 2024, sin embargo, más allá de las conjeturas sobre una castidad impuesta, se trata de una de las muchas medidas propuestas por expertos con el fin de hacer un evento más sostenibles, ya que las camas son productos reciclables que reducen la cantidad de desechos y emisiones de carbono.
De hecho, a esta medida se suman otras, como por el ejemplo, el uso de energía renovable, la reducción del desperdicio de alimentos, así como el uso de recintos existentes y temporales.
El objetivo del comité parisino no solo es reducir las emisiones de carbono en un 50 por ciento en comparación con las generadas en las olimpiadas de Londres 2012 y Río de Janeiro 2016, sino también ser los primeros en alcanzar los lineamientos establecidos en el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático.
La IA en los juegos
Los Juegos de París quedarán en la historia por ser los primeros en utilizar la Inteligencia Artificial.
Esta tecnología tendrá tres principales aplicaciones: protección cibernética,creadora de videos en múltiples formatos e idiomas y lograr gestionar la energía, lo que ayudará a hacer más sostenibles estas olimpiadas.
A la par, la IA ayudará en la creación de modelos tridimensionales para la reconstrucción de algunos momentos de las competencias, además, el sistema OMEGA, que se utiliza como cronometrados también echar mano de la IA para potenciar la rapidez con la que llegan los datos.
LHM