Los tratamientos "milagrosos" para quedarse embarazada, desde las "curas de polen" hasta el "fertility yoga", están inundando las redes sociales pese a su dudosa efectividad.
"La piña, alimento 'mágico' para quedar embarazada", promociona la cuenta de Facebook de un naturópata, mientras que otros en TikTok hacen publicidad de una "cura de polen" a 132 euros (144 dólares) para "aumentar la fertilidad".
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Con una de cada seis personas afectadas por la infertilidad en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud, el fenómeno es tan atractivo que se adapta a un público muy amplio. La propuesta va desde el "yoga de fertilidad" para las citadinas estresadas, hasta el método "NaPro" para los creyentes, presentado como una alternativa natural a la Procreación Médicamente Asistida (PMA) basada en la observación del ciclo femenino.
¿Cómo explicar tal entusiasmo por métodos costosos y que no han probado su eficacia?
La infertilidad, definida por la ausencia de embarazo después de un año de relaciones regulares y sin protección, "toca lo íntimo, lo más sagrado", observa el profesor Samir Hamamah, presidente de la federación francesa de estudio de la reproducción.
Ante el fracaso, señala, "somos receptivos a todo y su contrario". En consulta este ginecólogo nota que las parejas vienen "con la misma lista de preguntas, porque no escuchan las respuestas y pasan su tiempo en las redes sociales en lugar de seguir los consejos de los médicos".
No existen recetas milagrosas
Hamamah, como otros especialistas entrevistados por la AFP, asegura que "no hay ninguna receta milagrosa, ningún alimento mágico" que permita una fecundación exitosa, aunque se recomienda una dieta equilibrada.
Sin embargo el obstetra Jean-Luc Pouly destaca que "un estudio de la FDA (la agencia sanitaria estadounidense) muestra que el mercado de los complementos alimenticios específicos para la fertilidad alcanza los 4.000 millones de dólares en Estados Unidos, aunque no hay ninguna prueba de su eficacia".
Las cuentas de Instagram, TikTok o las aplicaciones dedicadas a la fertilidad se dirigen en su gran mayoría únicamente a las mujeres, aunque la infertilidad de una pareja proviene en un tercio de los casos de la mujer, en otro tercio del hombre y en el último tercio de ambos, recuerda Micheline Misrah Abadou, referente nacional para las infertilidades genéticas y para la insuficiencia ovárica primaria del Plan "Francia Medicina Genómica".
Este interés de las mujeres por estas soluciones "milagrosas", señala la especialista, también proviene de la "sub-medicalización" que sufren. Los problemas de salud femeninos no siempre son justamente considerados por la medicina. Esto las lleva a "hacerse cargo de su salud ellas mismas y ayuda a que se desarrolle un mercado paralelo", destaca.
"El riesgo es que las mujeres se auto-traten", sin contar que estas técnicas pueden "retrasar su tratamiento" en un área donde "el tiempo es un enemigo", subraya.
De hecho el riesgo de infertilidad se duplica entre los 30 y los 40 años y la PMA, durante mucho tiempo considerada como una "varita mágica", sigue teniendo una tasa de fracaso muy alta, del 40%.
Según Misrahi Abadou para mejorar la tasa de éxito de las PMA, "es imprescindible buscar las causas de la infertilidad y los factores predictivos del fracaso de un tratamiento".
Samir Hamamah también insiste en la prevención. "Es necesario informar desde una edad temprana sobre los disruptores endocrinos, pero también sobre el estilo de vida que impacta la fertilidad: la obesidad, la falta de sueño y, por supuesto, el alcohol, el tabaco y las drogas".
APA