María Elena Cuevas es una mujer adulta mayor que acompañó este miércoles a su nieta a que recibiera la primera vacuna contra el covid-19, “ya la esperábamos”, sobre todo después de que toda la familia enfermó en septiembre pasado, “estuvimos todos en cuarentena, encerrados, de verdad es horrible”, expresa la mujer, quien alista la cámara del celular para captar el momento en el que a su nieta le aplicarán su primera vacuna.
La adolescente de 13 años evita mirar hacia la mesa en donde se concentran las vacunas y el material que requerirán para inocular a las y los jóvenes que se dieron cita esta mañana en la Secundaria General No. 2, en Pachuca, y prefiere leer un libro y acomodarse los lentes.
“Solo faltaba yo por vacunarme, es importante para evitar que vuelva a enfermar, aunque estoy un poco nerviosa”, dice cortante, mientras le piden que entregue su registro de vacuna, y así, una enfermera prepara el brazo de la menor de edad que prefiere distraerse leyendo, mientras a su lado, un joven de su edad hace muecas, cierra los ojos y se voltea mientras le aplican la dosis para terminar apretando el algodón sobre el piquete que le han colocado: “¡no me dolió!”, mientras su madre sonríe.
La inmunización con el biológico de la farmacéutica Pfizer Biontech fue el biológico que se aplicará a la población de 12 a 14 años de edad y de 15 a 17 años de edad que no han sido vacunados aún, y son Pachuca, Mineral de la Reforma y Tulancingo tres de los 38 municipios en los que inició esta etapa para vacunar a niños, niñas y adolescentes con la finalidad de prevenir otra ola de contagios y salvaguardar la salud de este sector de la población.
“A mi hija, a los hermanos de mi nieta, a mi esposo y a mí nos dio el covid-19, pero a mi hija y a mí nos dio más fuerte porque requerimos de oxígeno, a ella le dio taquicardia y a mí, insuficiencia respiratoria; también mi nieta estuvo enferma, por lo que ya queríamos que saliera lo de la vacuna y bendito Dios, aquí estamos.Afortunadamente tenemos médicos en la familia que nos atendieron, pero fue muy feo, parecíamos presos y apestados, pero, después de 20 días salimos del peligro”, señala María Elena, quien después de semanas de no salir a la calle, acudió esta mañana a acompañar a su nieta quien se alistó desde temprana hora para recibir la vacuna.
Así, otro joven muestra dolor al momento en que le fue aplicada la vacuna, las jóvenes a su alrededor se ríen discretas y prefieren no ver la escena, “porque si no, me pongo nerviosa”, dice Laura, quien fue acompañada por su papá, quien, junto a otras madres y padres de familia, así como otros familiares, permanecían junto a las y los menores de edad mientras le era aplicada la vacuna.
María Elena prepara la cámara, encuadra a su nieta, llega la enfermera e introduce la aguja, “click”, suena el celular, “porque tengo que mandarle la prueba a mi hija de que ya se vacunó mi nieta y también para que la ponga en el Face y presuma que ya está vacuna, porque era la única que faltaba por tener esta protección contra este virus, que espero no vuelva más”.