La sonda InSight, que llegó a Marte el mes pasado, desplegó con éxito en la superficie marciana un sismómetro hipersensible de fabricación francesa, un instrumento clave para continuar su misión científica, anunció la NASA.
Este aparato, que vale decenas de millones de euros y concebido por la agencia francesa CNES, sirve para escuchar las vibraciones del interior del planeta rojo y descubrir más sobre la historia de su formación.
"El despliegue del sismómetro es tan importante como el aterrizaje de InSight en Marte", declaró el responsable científico de la misión en la NASA, Bruce Banerdt.
"Es el instrumento más prioritario de InSight: lo necesitamos para conseguir, por lo menos, tres cuartos de nuestros objetivos científicos", añadió.
La sonda depositó el sismómetro con su brazo robótico, a unos 1.64 metros frente a ella, según la agencia espacial estadunidense.
El instrumento, llamado SEIS (Seismic Experiment for Interior Structure, experimento sísmico para estructura interna) escuchará las vibraciones más ínfimas del suelo, que son provocadas principalmente por las ondas de choque de meteoritos y seísmos.
Estas ondas permitirán trazar el primer mapa en tres dimensiones del interior de Marte, lo que permitirá comprender mejor la formación, hace miles de millones de años, del llamado planeta rojo.
"Tener este sismómetro en el suelo es como tener un teléfono cerca de la oreja", explicó el geofísico francés Philippe Lognonné, investigador del Institut de Physique du Globe de París y padre de este precioso instrumento.
La sonda InSight, valorada en 993 millones de dólares, llegó a Marte el 26 de noviembre.
RL