Cientos de niñas y niños que han regresado a clases presenciales presentan problemas de socialización, así como de integración en su ambiente escolar, después de dos años de confinamiento, por lo que es necesario que se lleve a cabo un diagnóstico de salud mental de las y los escolares para atender esta situación que podría afectar el desarrollo social y emocional de los mismos.
Así lo señaló Teresa de Jesús Orta López, coordinadora de Pediatría del Hospital General Columba Rivera Osorio, del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), quien señaló que se debe implementar un trabajo coordinado para atender a la infancia del país.
“Los cambios que han vivido niñas y niños con el confinamiento, y los nuevos hábitos que están viviendo actualmente, están generando falta de atención, problemas de memoria, dificultades de concentración y de realización de tareas, incluyendo los temas de socialización y adaptación en su ambiente escolar lo que puede mermar su vida diaria.Éste es un trabajo que se tiene que resolver de forma conjunta: con las escuelas, madres y padres de familia, médicos, especialistas porque se debe tener la capacidad de detectar problemas mentales en ellos, por lo que creo que se debe empezar con hacer un diagnóstico de cómo están regresando las y los niños a las escuelas”, indicó la especialista.
Expuso que esto es necesario ya que muchos menores de edad vivieron situaciones complicadas dentro de sus hogares, “por lo que muchos podrían estar presentando problemas de ansiedad o depresión que muchas personas piensan que son cosas de adultos, y esto no es sí porque también lo pueden sufrir los menores de edad”, refirió.
Así también, indicó que es necesaria la salud mental de las y los niños para que tengan un mejor desempeño escolar, así como para socializar porque, de no atender esta situación, también habría implicaciones en la brecha de aprendizaje que, antes de pandemia, ya tenía registrado el país.
“Habría un rezago educativo importante a nivel nacional, haría que México estuviera a niveles más bajos de educación, sobre todo a nivel licenciatura, en donde tendrían una limitación al acceso a nivel superior.Además de que afectaría en la falta de valores e incapacidad de empatizar con otros seres humanos, por lo que habría problemas a nivel social, un incremento de la violencia, además de la pobreza y con ello, a la delincuencia”, concluyó.