La primera parte de un estudio del Instituto de Geofísica de la UNAM señala que La Laguna tiene uno de los mayores niveles de subsidencia en el país, es decir, donde parte de su territorio se hunde.
Por año se estima una cantidad promedio de 13 centímetros y la superficie afectada por este fenómeno es de 2 mil 940 kilómetros cuadrados.
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Según dijeron los investigadores en entrevista para MILENIO, la primera fase de este trabajo de investigación revela los puntos o zonas rojas donde más ocurren estas malformaciones en la tierra.
“Nosotros entendemos la subsidencia como la disminución progresiva o el hundimiento de terreno causada por la extracción de sólidos, líquidos o gases del subsuelo. Las principales causas incluyen la extracción de agua subterránea, fluidos como gases o petróleo, oxidación de suelos orgánicos o consolidación natural del terreno”, dijo Daniel Martínez, estudiante del Posgrado de Ciencias de la Tierra y titular de la investigación 'La caracterización de la subsidencia y la exposición de la población vulnerable en la Zona Metropolitana de La Laguna'.
Por su parte, Enrique Cabral, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, quien tiene a su cargo el servicio de geodesia satelital en el que se dedican a tener una red de instrumentación con diferentes fines, pero sobre todo para detectar malformaciones en la corteza terrestre, detalló que la existencia de la subsidencia no es nueva.
Refirió que desde el siglo pasado existen estudios al respecto, pero en la última década fue cuando se hizo una revisión más especializada vía imágenes y técnicas satelitales.
“En el resto del país es reconocido de manera local y esporádica. El primer análisis con métodos satelitales lo hicimos hace cerca de 10 años, pero lo restringimos al centro del país y publicamos un estudio en 2014, ahí detectamos 14 ciudades en las cuales detectamos la subsidencia en diferentes magnitudes”.
Subsidencia de La Laguna es tres veces mayor que la Ciudad de México
Puntualizó que hace tres fue cuando el estudio de este fenómeno fue extendido a todo el país y fue cuando encontraron que La Laguna tiene una superficie de subsidencia tres veces mayor a la de la Ciudad de México.
“Dentro de ese análisis fue muy evidente que en la Comarca Lagunera se tenía una huella de subsidencia bien grande y para ponerlo en contexto en el Valle de México es de alrededor de 670 kilómetros cuadrados, en La Laguna de más de 2 mil kilómetros cuadrados”.
Sin embargo, aclaró que la velocidad con la que el territorio se hunde es de una tercera parte al de la capital del país que ronda los 40 centímetros por año.
“La subsidencia en La Laguna es espacialmente más grande que la Ciudad de México, pero la velocidad no es tan rápida. A nivel internacional estos números son enormes”.
Zona de riesgo y vulnerabilidad
La presentación de la investigación proporcionada por Daniel Hernández da cuenta que en el área urbana de Lerdo, Gómez Palacio, Torreón, Matamoros y Francisco I. Madero tienen la mayor afectación de subsidencia con el 62.5 por ciento del territorio.
Niveles más altos en municipios de La Laguna
En la zona rural de Mapimí, Gómez Palacio, Lerdo, Tlahualilo, Viesca, Francisco I. Madero, Torreón y San Pedro es donde se registran los niveles más altos de hundimiento con 13.5 centímetros al promedio por año.
Además de eso, la investigación muestra las áreas de vulnerabilidad económica basado en 13 indicadores, entre ellos porcentaje de la población sin acceso a servicios de salud, educación y viviendas con servicios básicos. De tal manera que en lo general un 58 por ciento de los habitantes de La Laguna están en alta y muy alta vulnerabilidad, siendo Gómez Palacio y Matamoros los más afectados.
Daniel Hernández destacó que el estudio contiene imágenes satelitales de octubre de 2017 a agosto de 2023, además que entre los puntos que registran más hundimientos están en la zona rural de Matamoros.
“Las zonas que hemos encontrado que tienen mayor velocidad son el ejido La Esperanza en Matamoros”.
Sobre la segunda parte de la investigación, Hernández la hará basado en mayor trabajo de campo y con la colocación de una estación de monitoreo desde La Laguna a la par de su estudio de doctorado.
“Para continuar el estudio a nivel doctoral tenemos varios objetivos inmediatos como la instrumentación de la región con gps y también buscar estructuras con riesgo para evaluarlas”.
Ambos investigadores coincidieron en que para la población es difícil detectar a simple vista el hundimiento que sufren sus comunidades y de ahí la importancia de reforzar métodos de campo especializados.
“Como todo se hunde más o menos de manera homogénea es difícil de ver. Lo que llegas a ver son los efectos en que a lo largo del tiempo hay movimiento diferencial o se empiezan a desarrollar fallas, hundimientos o colapsos grandes de manera circular”, expuso Enrique Cabra la sobreexplotación de los mantos acuíferosl.
El investigador mencionó que este tipo de hundimientos también ponen en riesgo o afectan las diferentes instalaciones de servicios por la vía subterránea.
“A final de cuentas el objetivo último de este tipo de proyectos es que podamos proveer de elementos para que los tomadores de decisiones puedan tener un mejor criterio para desarrollar planes de mitigación como políticas públicas para hacer más llevadera esta situación”.
Sobre el caso de la sobre explotación de los mantos acuíferos y la extracción cada vez más profunda que hacen sistemas operadores de agua en La Laguna, el investigador consideró necesario cambiar de estrategia ante el riesgo de abatir las reservas de agua en el futuro.
“La solución no es empezar a sacar agua de más profundo, sino un manejo de tu acuífero que sea sustentable. Debemos cambiar nuestra forma de pensar y hacer que el uso del agua sea sustentable”.
Hundimientos documentados
Durante los últimos años, MILENIO ha documentado diversos hundimientos y fallas en la tierra registradas en los diversos municipios de La Laguna. Algunos de estos espacios coinciden en zonas señaladas por especialistas por el mayor número de subsidencia.
Entre ellos está el acontecido en febrero de 2012 en el ejido Buen Abrigo de Matamoros, Coahuila. Ahí apareció un hundimiento en una pequeña propiedad con un diámetro inicial de 25 metros y una profundidad de 60 metros.
Abras en el ejido la Concha en el 2017
En agosto de 2017 algo similar ocurrió en el ejido La Concha de Torreón. Ahí se formaron abras a lo largo del ejido y una de ellas causó que una carretera colapsara.
En otras zonas como Gómez Palacio también ocurrió algo similar, pero en el área urbana. En la colonia Bella Vista apareció un hundimiento en medio de una de sus calles y que en su momento la autoridad atribuyó a fallas geológicas.
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