De acuerdo con un informe de la Organización Mundial de la Salud, en términos generales, hasta 40 por ciento del presupuesto en salud en diversos países latinoamericanos se destinan en servicios y tratamientos que no son eficaces ni útiles para los pacientes.
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Rubén Torres, ex gerente de Sistemas de Servicios de Salud de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), dijo que, en América Latina, incluyendo el caso de México, no sólo se debe combatir “la corrupción” sino también la “ineficiencia” en el gasto público porque resulta tan perjudicial gastar en servicios y medicamentos que carecen de utilidad para los pacientes.
En Brasil, durante el RochePressDay, que reúne a decenas de especialistas en la materia, el actual rector de la Universidad de Salud en Argentina dijo que hacer una resonancia magnética a un paciente con cáncer de próstata, cuando hay otros métodos de detección, es como robarse el dinero.
En el caso de las resonancias magnéticas, abundó, resulta un gasto innecesario realizarla en paciente con cáncer de próstata porque existen otros métodos más baratos, certeros, de identificación.
La corrupción y la ineficiencia tienen en común cometer fraude con recursos públicos, dijo.
En su ponencia, el especialista también clasificó de “hipocresía política” utilizar la salud como bandera esencial de un gobierno y, que al momento de realizar la asignación presupuestal, se recorte de manera importarte el recurso destinado a la salud.
También cuestionó la decisión de buscar precios bajos para comprar fármacos sin contar con estudios de eficacia o sólo considerando los volúmenes para hacer creer que están promoviendo la universalización de acceso a los servicios y tratamientos.
El especialista y ex superintendente de Servicios de Salud de la Nación de Argentina dijo que invertir en salud no significa necesariamente adquirir todas las innovaciones terapéuticas, sino hacer un análisis de impacto en la salud.
Torres consideró urgente aplicar ese esquema de “gastar en lo importante” dado que en América Latina, el cáncer es la segunda causa de muerte, con 1.3 millones de decesos en 2018 y 3.7 millones de nuevos casos en etapas avanzadas detectados en ese mismo período.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que en 2030, el padecimiento se elevará 32 por ciento, superando los 5 millones de enfermos con algún tipo de tumor lo que se traducirá en mayor empobrecimiento de familias completas y en el colapso financiero del sistema de salud.
Existen en la actualidad gobiernos que han sido incapaces de detener 17 por ciento de cánceres malignos ligados a infecciones, entre ellos el cáncer de hígado y de lograr la detección primaria de la enfermedad maligna, ya que se carece de capacitación en el primer nivel de atención y, por lo menos, un paciente antes de llegar al diagnóstico acude a 8 o hasta 10 médicos previamente.
Jairo Restrepo, economista de la Universidad de Antioquía, Colombia, explicó que en América Latina, específicamente México, Brasil y Perú forman parte de las naciones con altos gastos de bolsillo de parte de los familiares que terminan por vender su patrimonio y que destinan gran parte de sus recursos para atender una enfermedad porque carecen de un sistema de acceso de cobertura real.
Para los especialistas, más que buscar abaratar los precios de las innovaciones, los gobiernos deben ordenar los sistemas de salud fragmentados para lograr la cobertura universal.
OVM