La lepra es una enfermedad infecciosa crónica, causada por la bacteria Mycobacterium leprae, que afecta principalmente al sistema nervioso periférico y a la piel. También puede afectar los ojos y la mucosa del aparato digestivo y respiratorio.
Por lo que, si no se trata de forma adecuada y temprana con un especialista, puede conducir a severas mutilaciones y/o deformidades del cuerpo. Así como ceguera permanente, y reducción de la movilidad de las extremidades.
Historia de la lepra
La lepra se considera enemigo antiguo de la humanidad. De hecho, hallazgos arqueológicos y escritos con más de 4 500 años de antigüedad (entre ellos el Antiguo Testamento de la Biblia) la describen como una enfermedad propia del ser humano y un problema de salud pública.
En algún momento a los pacientes con lepra se les obligaba a vivir en lugares apartados y el uso de una campana en el cuello para advertir a los demás de su enfermedad. Sin embargo, gracias a los avances de la ciencia ha sido posible curarla con medicamentos. Aunque actualmente sigue afectando a muchas personas cada día.
En 1897 se celebró el Primer Congreso Internacional de Leprología en Berlín, en reconocimiento al Dr. Gerhard A. Hansen, quien descubrió y confirmó la enfermedad. Por ello, también se le conoce como enfermedad de Hansen.
A partir de 1954, por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se celebra el Día Mundial contra la Lepra, el último domingo del mes de enero. Esto con el objetivo de ampliar el conocimiento sobre la enfermedad, realizar diagnósticos de forma temprana, incrementar las acciones de todos los países para erradicarla y acabar con la discriminación que sufren quienes la padecen.
¿Cómo reconocer la lepra?
La lepra es una enfermedad de curso crónico, y que tiene un periodo de incubación de 1 a 5 años (incluso hay casos registrados que han tenido un periodo de incubación cercano a los 10 años). Se contagia por contacto muy cercano, frecuente y sostenido por personas infectadas y que no estén recibiendo tratamiento farmacológico de forma adecuada.
El especialista indicado para diagnosticar de forma adecuada un caso de lepra es el dermatólogo. Se deben tener los siguientes aspectos en cuenta:
- Sospecha clínica: por las características de las lesiones (tanto de la piel como de los nervios).
- Examen bacteriológico: mediante un estudio llamado Baciloscopia.
- Estudio histopatológico: se toma una biopsia y se envía a Patología a estudio.
- Estudio epidemiológico: ya que al tener un pariente con diagnóstico de lepra o visitar una localidad endémica se sospecha de la enfermedad.
Evita el desarrollo de la lepra
Como se mencionó, para que la lepra se transmita es necesario un contacto físico continuo, frecuente y estrecho con un paciente infectado; y que no esté recibiendo tratamiento adecuado. La mejor forma de evitar el desarrollo de la lepra es mediante el diagnóstico y tratamiento de los pacientes. Ya que, con tratamiento farmacológico adecuado, los pacientes dejan de ser contagiosos y la cadena de contagio se rompe.
Es muy importante señalar que:
Al ser una enfermedad infecciosa, la bacteria causante puede generar resistencia a los antibióticos. Por lo que es de suma importancia que los pacientes completen su tratamiento, para evitar la aparición de cepas resistentes.
Al ser una enfermedad de curso crónico, el tratamiento se puede prolongar, incluso por varios meses. El paciente debe completar su tratamiento hasta que el especialista verifique y compruebe la total ausencia de enfermedad en el organismo.
La buena noticia es que actualmente la lepra es curable y en México el tratamiento es completamente gratuito.
Agradecemos la colaboración del doctor Andrés Sotelo Prieto, dermatólogo, por validar y compartir información para el desarrollo de este artículo. Graduado por la Universidad Nacional Autónoma de México. Se especializa en tratamientos como psoriasis, acné, dermatitis atópica, por mencionar algunos. Cuenta con más de 10 años de experiencia en la práctica privada y con nuevos tratamientos como Hydroderm para realizar Microdermoabrasión (limpieza y nutrición facial profunda) y Dermia 5.0.