Se quitó primero la corbata y luego desabotonó la camisa blanca hasta quedarse con la prenda intima de la camiseta. Sonrojado y sonriente, Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, fue de los primeros en aplicarse la vacuna contra la influenza estacional.
Levantó los dedos en señal de triunfo cuando sintió el pinchazo en el brazo izquierdo. “No duele nada”, respondió, pero mantuvo la mano en el algodón con alcohol durante varios minutos.
Así, arrancó la campaña de vacunación conformada con 36 millones 490 mil 871 dosis que se aplicarán del 1 de octubre al 31 de diciembre, no para evitar la enfermedad sino los casos graves de neumonía que lleven a la muerte.
Zoé Robledo, director general del Instituto Mexicano del Seguro Social solo se arremangó la camisa blanca y Víctor Hugo Borja Aburto, director de Prestaciones Médicas del IMSS, también se abrió la camisa y se quedó en camiseta para aplicarse la vacuna.
Miriam Veras Godoy, directora general del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia explicó que la campaña está dirigida a adultos de 60 años y más, embarazadas, niños de seis a 59 meses de edad, trabajadores de la salud y personas con enfermedades crónicas.
Así como, dijo, las personas que tienen problemas cardiovasculares, respiratorios crónicos, incluido asma, diabetes, obesidad extrema o mórbida, con problemas de inmunosupresión, de insuficiencia renal, con cáncer y VIH/Sida.
En el acto, la especialista recomendó vacunarse a todas las personas que ya se contagiaron de covid debido a que el virus de la influenza A tiene 18 subtipos diferentes de hemaglutinina y 11 subtipos diferentes de neuromidasa, que son las proteínas que causa la enfermedad.
bgpa