Un nuevo estudio revela que la Luna, el satélite natural de la Tierra, continúa encogiéndose, debido a la actividad en su núcleo, ya que ha presentado un enfriamiento gradual en su interior.
En 2019, el científico Thomas Watters, del Centro de Estudios de la Tierra y Planetas en el Museo Nacional del Aire y el Espacio, quien comparó a la Luna con una uva y dijo que, al igual que dicha fruta se arruga hasta ser una pasa, lo mismo ocurre con el satélite, que ya muestra un evidente encogimiento.
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Sin embargo, a diferencia de la piel flexible de una uva, la corteza de la luna es quebradiza y se rompe a medida que el interior se encoge.
Esta rotura da como resultado fallas de empuje, donde una sección de la corteza se empuja hacia arriba sobre una sección adyacente. Estas fallas se asemejan a pequeños acantilados en forma de escaleras, o escarpes, cuando se ven desde la superficie lunar.
El 25 de enero de este año, el mismo investigador, Thomas Watters indicó en un artículo para la revista The Planetary Science Journal, que existen nuevos hallazgos en la Luna.
“Nuestro modelo sugiere que los terremotos lunares poco profundos, capaces de producir fuertes temblores de tierra en la región del polo sur, son posibles a partir de eventos de deslizamiento en fallas existentes o por la formación de nuevas fallas de empuje”, explicó en entrevista para el portal digital Phys.org
Lo anterior significa que en la superficie lunar continúan formándose nuevas fallas y, en consecuencia, la actividad sísmica es abundante.
Los científicos han explicado que, hasta el momento, no se puede predecir con exactitud cuando dejarán de suceder los movimientos, pero podría ser dentro de miles de años cuando el núcleo se enfríe por completo.
¿Por qué hay actividad sísmica en la Luna?
De acuerdo con la investigación, el encogimiento de la Luna provocaría una intensa actividad sísmica, que podrían traducirse en terremotos lunares con una duración de horas, incluso toda una tarde.
Esta inestabilidad en el polo sur de la Luna pone en riesgo la misión del hombre para regresar al satélite natural.
"Nuestro análisis aporta la primera evidencia de que estas fallas siguen activas y produciendo probablemente lunamotos a medida que la Luna se enfría y se encoge. Algunos de estos sismos pueden ser de una magnitud considerable, de cerca de cinco en la escala de Richter”, advierte uno de los autores del estudio, Thomas Watters.
Debido a que el interior de la Luna se enfría de manera gradual, el satélite se ha encogido en más de 100 metros en los últimos cientos de millones de años.
"Nuestro análisis proporciona la primera evidencia de que estas fallas todavía están activas y probablemente producen terremotos lunares a medida que la Luna continúa enfriándose y disminuyendo gradualmente", agregó el científico.
IOG