Un aproximado de 760 maestros de Tampico no podrán estar de vuelta en los salones de clases debido a problemas de salud crónicos, estiman autoridades magisteriales, ya que existe una opción de que los trabajadores de la educación se mantengan a distancia.
Aseguraron las autoridades estatales de Educación que los maestros tienen que regresar a clases a partir de este mes de noviembre, y la forma en la que podrían permanecer a educación a distancia, es mediante un certificado del ISSSTE que asegura que sea un riesgo estar en el aula.
Al respecto, Jaime Olvera Cárdenas, titular del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en Tampico, informó que el 20% de los 3 mil 800 maestros que labora en el municipio no están en condiciones de regresar a clases presenciales, es decir, 760 maestros que estaban frente a grupo.
Es por profesores que tienen padecimientos crónicos como la diabetes, presión arterial y otras problemáticas de salud como el asma, refirió el líder del magisterio en la zona sur del estado.
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Dio a conocer que al inicio de la pandemia, se hizo un ejercicio similar, en el cual los maestros con problemas de salud crónicos comenzaron a presentar estudios con el fin de justificarse en caso de no acudir a algunas actividades.
Asimismo, otro de los fenómenos que se pudieron observar en este periodo de coronavirus fue que los maestros o el personal administrativo de los diversos planteles, comenzaron a adelantar los procedimientos de jubilación.
Olvera Cárdenas dio a conocer que no existe mucha tranquilidad de que los maestros vuelvan a los salones de clases a partir de este mes de noviembre, ya que la meta es que las clases presenciales se reactiven al cien por ciento a partir del mes de febrero del próximo año.
Los maestros han tratado de recibir información de las autoridades y expertos respecto a la durabilidad de la vacuna CanSino, así también, pretenden que les pongan un refuerzo de la inmunización.
Existe incertidumbre debido a que el personal de salud que les aplicó la vacuna les informó que la protección de la vacuna recibida en marzo y abril de este año duraría solamente seis meses.