Mano humana evolucionó para poder comer tuétano

Un análisis antropológico determinó que la fuerza y la habilidad requeridas para acceder al alto contenido calórico de la médula ósea moldeó la mano actual.

Para trabajar, sí, pero la mano también evolucionó para comer. (Especial)
Agencia DPA
Madrid /

La fuerza requerida para acceder al alto contenido calórico de la médula ósea —también conocida como tuétano— para alimentarse, pudo ser clave en la evolución de la mano humana y explicar las diferencias con la de los primates.

En un artículo en The Journal of Human Evolution, un equipo dirigido por el profesor Tracy Kivell de la Universidad de Kent concluye que, aunque la fabricación de herramientas de piedra siempre se ha considerado una influencia clave en la evolución de la mano humana, el acceso alimenticio a la médula ósea generalmente no.


Es ampliamente aceptado que la destreza única de la mano humana evolucionó, al menos en parte, en respuesta al uso de herramientas de piedra durante nuestra historia evolutiva.

La evidencia arqueológica sugiere que los primeros homínidos realizaron una variedad de actividades relacionadas con herramientas, como el corte de la carne, el rompimiento del hueso para acceder a la médula y la fabricación de herramientas de piedra. Sin embargo, es poco probable que todos estos comportamientos hayan influido igualmente en la anatomía moderna de la mano humana.

Para entender el impacto de estas diferentes acciones en la evolución de las manos humanas, los investigadores midieron la fuerza ejercida por la mano de 39 individuos durante diferentes actividades con herramientas de piedra —machacar nueces, extracción de médula con un martillo y producción de hojuelas con martillo— para determinar qué dedos eran los más importantes para manipular la herramienta.


Descubrieron que las presiones variaban según las actividades, y que el acceso a la médula exigía la mayor presión. En todas las actividades, el pulgar, el índice y el cordial siempre fueron los dedos más importantes. El profesor Kivell dice que esto sugiere que el acceso a la médula ósea puede haber sido una influencia clave en la anatomía de nuestra mano, debido al alto estrés que causa en ella. 

Los investigadores concluyeron que comer tuétano, dado su beneficio adicional de alto poder calorífico, también puede haber desempeñado un papel clave en la evolución de la destreza humana.


FM

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