Después de tres días de conferencias y talleres con renombrados investigadores de la planta de cannabis provenientes de Israel, Canadá, Estados Unidos y Colombia (donde está regulada), así como especialistas locales interesados en integrarse a la industria legal que se espera sea posible en México, el sábado pasado culminó la tercera edición de la Conferencia Internacional de Cannabis Medicinal para Profesionales de la Salud en México.
- Te recomendamos Una dosis de mariguana diaria en la vejez podría revertir la demencia Ciencia y Salud
Lorena Beltrán, su fundadora y directora, hace un recuento sobre su aporte en estos tres años: “El objetivo de CannabiSalud ha sido crear un espacio donde el profesional de la salud pueda recibir información científica y médica, sobre cannabis, lo que hay que saber sobre sus usos médicos, la industria, la regulación, para que puedan romper el estigma negativo aún existe, despertar su curiosidad por aprender más y para que se den cuenta de que sí existe evidencia y hay años de investigación científica y médica en esta materia.
"Nos damos a la tarea de traer a los mejores conferencistas del mundo en áreas como la investigación observacional, anecdótica y hasta clínica en Fase 1 y Fase 2. No se han estudiado ni siquiera la mitad de los compuestos de la planta, así que buscamos abrir la mente de la gente para que se entienda que tenemos una gran oportunidad en México para generar información nunca antes vista”, agregó.
Su plan para 2020 es realizar la cuarta edición de la conferencia, en junio, y realizar pequeños simposios de un día en diferentes ciudades del país a lo largo del año, “para crear interés en especialistas de la medicina en toda la República".
Beltrán aseguró que sus congresos "sirven para meter presión y jalar a los legisladores, a las entidades competentes en la regulación del cannabis, como la Cofepris y la Secretaría de Salud, para que vean que es una industria que existe en otros países con buenos resultados; no seremos los primeros ni los últimos en legalizar”.
Para la directora, entre más tiempo tome llegar a una legislación, más seguirá creciendo el mercado gris.
“Seguiremos viendo cada vez más productos sin etiquetado, sin análisis, sin saber qué contienen. Hay muchos pacientes que quieren usar el tratamiento y los médicos quieren emplear productos regulados, así que no pueden abrirse a recetar lo que hay o sugerir dosificación sin saber qué es. Ya se tiene una ley, que pasó desde el 2017 pero sigue sin regulación porque el gobierno no ha cumplido con sus tiempos. Está permitido ampararse para tener acceso a su uso médico, su importación y su cultivo con fines de investigación científica, pero se necesita una ley que incluya a todos”.
La también presidenta de la nueva Asociación Mexicana de la Industria Regenerativa de la Cannabis, explica que a través de ésta han creado el Centro Multidisciplinario de Investigación para Fitocannabinoides (IMFICANNA), enfocado en la investigación y desarrollo de protocolos para siembra, cultivo y cosecha de cannabis, con el que un grupo de personas ha desarrollado un protocolo de investigación en cultivo.
El objetivo es “integrar técnicas de agricultura regenerativa con la planta, es decir, cultivar no solo cannabis sino otras plantas y árboles porque queremos crear un impacto social y económico en regiones que han sido más golpeadas por la prohibición, para demostrar que aunque sea cultivo en el exterior puede ser de calidad, para generar y crear un buen producto medicinal en lugar del cultivado para el mercado negro”.
A través de la agricultura regenerativa buscan limpiar los suelos, trabajar con la biodiversidad de diversos lugares y aportar opciones alimenticias en comunidades pobres. Por ejemplo, “hay en Oaxaca una comunidad con un gran nivel de desnutrición donde queremos cultivar cáñamo para tener semillas, porque la semilla es una fuente de alimento alta en Omega 3 y Omega 6. Otra región está en la sierra tarahumara, donde hay una tala de árboles desmedida porque la gente vende la madera debido a que es lo que tiene a su alcance; queremos llevar cáñamo industrial para procesarlo como material de construcción y que puedan construir viviendas. Esto generaría empleos y evitaría la venta clandestina de la planta. Así que solo nos queda esperar a que la legislación proceda”, finalizó.
lnb