Un sistema de alerta temprana basado en relojes inteligentes, desarrollado por investigadores de Mayo Clinic, permite a madres y padres detectar los primeros signos de un berrinche severo en niños con trastornos emocionales y de conducta, intervenir en cuestión de segundos y reducir de forma significativa la duración de estos episodios, de acuerdo con un estudio publicado en la revista JAMA Network Open.
La tecnología, que combina dispositivos portátiles con inteligencia artificial, logró que los padres intervinieran en promedio en apenas cuatro segundos tras recibir la alerta y redujo los berrinches severos en alrededor de 11 minutos, casi la mitad del tiempo observado en niños que solo recibieron terapia estándar.
Los investigadores también documentaron una reducción de la intensidad de los episodios y una recuperación emocional más rápida, lo que se tradujo en menos desgaste para los menores y sus cuidadores.
El sistema se apoya en un reloj inteligente que porta el niño y que registra señales fisiológicas asociadas al estrés, como el aumento de la frecuencia cardiaca, cambios en el movimiento corporal o alteraciones en los patrones de sueño.
La información se transmite en tiempo real a una aplicación instalada en el teléfono de los padres, donde un algoritmo de inteligencia artificial analiza los datos y emite una alerta que sugiere el momento oportuno para intervenir.
A diferencia de otras herramientas digitales que se limitan a recopilar información, este enfoque busca convertir los datos biométricos en una señal clara y accionable.
La alerta no indica un diagnóstico ni reemplaza la evaluación clínica, pero funciona como un aviso temprano para que los padres apliquen estrategias aprendidas en terapia, como acercarse al niño, validar sus emociones y redirigir su atención antes de que el berrinche escale.
Los hallazgos resultan especialmente relevantes en un contexto de creciente demanda de atención en salud mental pediátrica.
En Estados Unidos, casi uno de cada cinco niños vive con algún trastorno mental, emocional o de conducta, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Para muchas familias, el acceso oportuno a especialistas sigue siendo limitado, por lo que contar con apoyos prácticos en el hogar puede marcar una diferencia sustancial.
Para los autores del estudio, el sistema fortalece el papel de los padres como agentes activos en la regulación emocional de sus hijos.
Al recibir una señal objetiva basada en cambios fisiológicos, los cuidadores pueden actuar con mayor confianza y menor ansiedad, incluso cuando los signos externos del berrinche todavía no son evidentes.
“Este estudio muestra que incluso intervenciones pequeñas y aplicadas en el momento adecuado pueden cambiar la trayectoria de un episodio de desregulación emocional”, explicó Magdalena Romanowicz, psiquiatra infantil de Mayo Clinic y codirectora del estudio.
“Estos momentos ofrecen a los padres la oportunidad de intervenir con acciones de apoyo, como acercarse, ofrecer tranquilidad, poner nombre a las emociones y redirigir la atención antes de que la rabieta se intensifique”.
Ensayo clínico en el entorno familiar
El ensayo clínico aleatorizado incluyó a 50 niños de entre tres y siete años, que recibieron terapia de interacción padres hijos durante un periodo de 16 semanas en Mayo Clinic.
La mitad de los participantes utilizó el sistema del reloj inteligente como complemento de la terapia, mientras que la otra mitad continuó únicamente con el tratamiento estándar, lo que permitió una comparación directa entre ambos grupos.
Uno de los resultados más destacados fue la alta adherencia al uso del dispositivo.
Los niños llevaron el reloj inteligente cerca del 75 por ciento del tiempo total del estudio, un indicador que, según los investigadores, demuestra tanto la viabilidad tecnológica como la aceptación del sistema por parte de las familias y de los propios menores.
Durante el seguimiento, los padres reportaron que las alertas les ayudaban a anticiparse a los episodios y a aplicar con mayor consistencia las técnicas terapéuticas.
En muchos casos, la intervención temprana evitó que el berrinche alcanzara niveles severos, lo que redujo la duración del conflicto y facilitó una convivencia más estable en el hogar.
El estudio se apoya en trabajos previos del mismo equipo de investigación. En una investigación anterior, realizada con niños hospitalizados que recibían atención psiquiátrica, los científicos utilizaron un algoritmo de aprendizaje automático para analizar datos del reloj inteligente, incluidos frecuencia cardiaca, movimiento y sueño.
Este modelo logró predecir el estado conductual del niño con una precisión del 81 por ciento y ofrecer una alerta previa de entre 30 y 60 minutos antes de un arrebato inminente.
“Este proyecto muestra cómo la ciencia básica y la investigación clínica pueden unirse para transformar la atención al paciente”, señaló Arjun Athreya, investigador y codirector del estudio.
“Hemos trasladado los descubrimientos del entorno hospitalario al ambulatorio, y los resultados confirman que los datos generados por dispositivos de uso cotidiano pueden ayudar a las familias en tiempo real”.
Atención basada en datos
Para Paul Croarkin, psiquiatra infantil y adolescente de Mayo Clinic y coautor del estudio, el valor del sistema reside en su sencillez respaldada por evidencia científica sólida.
“Un reloj inteligente puede parecer algo simple, pero cuando está apoyado en tratamientos basados en evidencia y en análisis avanzados, se convierte en un apoyo fundamental para las familias que intentan manejar síntomas severos en casa”, afirmó.
En la misma línea, Julia Shekunov, directora médica de la Unidad de Hospitalización en Psiquiatría Infantil y Adolescente de Mayo Clinic, subrayó la urgencia de contar con herramientas de este tipo.
“Estamos viendo a más niños en crisis y con una gravedad creciente. Este sistema proporciona a los padres herramientas que pueden utilizar de inmediato, incluso fuera de la clínica, para ayudar a su hijo a recuperar el control y reducir el impacto emocional de estos episodios”.
Los investigadores destacaron que la tecnología no pretende sustituir la atención profesional, sino complementar y extender su alcance al entorno cotidiano del niño.
Al integrar datos objetivos con estrategias terapéuticas basadas en evidencia, el sistema abre la puerta a una atención más continua y personalizada.
De cara al futuro, el equipo planea perfeccionar la precisión predictiva del algoritmo, probar el sistema en grupos más amplios y diversos, y evaluar sus beneficios a largo plazo en la atención ambulatoria rutinaria.
El objetivo es determinar si esta herramienta puede integrarse de manera segura y ética en la práctica clínica habitual y contribuir a reducir la carga de los trastornos de conducta en la infancia.
El estudio fue financiado en parte por el Fondo de Estímulo para Ensayos Clínicos y por el Centro para Medicina Personalizada de Mayo Clinic, cuyos responsables señalaron que la lista completa de autores y las declaraciones de financiamiento están disponibles en la publicación original.
LP