A casi un año de la pandemia en Hidalgo, el uso de los insumos para la protección de la salud se ha incrementado en más del 100 por ciento y, por ende, el uso de productos derivados del plástico y materiales que tardan en desintegrarse.
El tema preocupa a los ambientalistas debido a que la generación de basura va en aumento en todos los municipios y la falta de sitios para su disposición y reciclaje lo hace más agravante para el presente y las próximas generaciones.
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Pamela Alvasanto de la Alianza Hidalguense Ambiental y excoordinadora de voluntarios Greenpeace Hidalgo, señala que la mala disposición de los residuos sólidos urbanos, producto de insumos generados por la pandemia, traerá como resultado en el corto plazo una contaminación que no desaparecerá en un lapso de 300 a 800 años.
“Es preocupante porque en muchas calles, en muchos lugares vemos tirados cubrebocas, guantes, y es un foco de infección, hacemos un uso desmedido de esos objetos y usamos también los plásticos que son descartables o desechables, que están en nuestras manos en corto tiempo y tardan mucho en degradarse”, explica.
En entrevista con MILENIO, la representante de la ONG ambiental comenta que la contaminación de residuos por la pandemia no solo representa basura y contaminación, sino que puede propagar más el virus que se está combatiendo.
“Cuando no disponemos de los residuos biológicos correctamente, estos pueden esparcir el virus, además de contaminar; el uso incorrecto y desmedido de algunos elementos puede también potenciar el número de residuos sólidos que generamos durante la pandemia.
“La mayoría en la actualidad son residuos plásticos porque tienen que pedir a domicilio o productos por paquetería y esto ha aumentado exponencialmente los residuos sólidos de los hidalguenses, recordando que las caretas y cubrebocas están hechos en su mayoría por elementos y derivados del plástico, por lo que pueden tardar de 300 a 800 años en degradarse dependiendo del grosor del plástico”, afirma.
Opciones amigables para evitar desechables
Pamela Alvasanto explica que a un año de estar usando cubrebocas y botellas de plástico con gel antibacterial, así como productos como guantes y ropa biológica para evitar contagios, se debe pasar a la cultura de lo reutilizable en todos los aditamentos para la contención del covid-19, mismos que ya están aprobados para ello y que no contaminan.
“Por el covid no todo lo que utilizamos debe ser desechable, podemos optar por cubrebocas de tela, podemos hacerlos nosotros, lavarlos y tenemos la misma función”.
Al respecto de todas las políticas públicas en torno a la pandemia, señala que los gobiernos deben escuchar a la sociedad civil, a los especialistas que no están en las administraciones y que tienen visiones diferentes y compartidas para tener mejores resultados en materia ambiental y de salud.
“A las instituciones de salud y el gobierno que escuchen a las organizaciones de la sociedad civil, que no solo cuentan con el personal capacitado para enfrentar la pandemia, sino hay un interés genuino por este tema.
“Se deben tener políticas públicas que realmente beneficien a la mayoría de la población y no solamente a ciertos sectores, socializar la información de cómo hacer una disposición correcta de los residuos sólidos, sobre todo cuando son infecto-contagiosos”.
Para la disposición final, sabiendo que es un tema que por varios años no se ha solucionado en Hidalgo y sus zonas metropolitanas, menciona que también los habitantes deben tomar su parte en la separación y el cuidado de los residuos por la pandemia.
“Que tengamos medidas de separación de residuos, en el relleno sanitario (Pachuca) hay áreas donde se encuentran los residuos de hospitales, es terrible y si pasaba antes de la covid, ahora con mayor razón, debemos hacernos responsables no todo es el gobierno, no todo son las empresas, nosotros ciudadanos debemos responder a nuestras acciones y ser mucho más conscientes desde el momento en que adquirimos un producto, desde que lo usamos y disponemos de él y lo que pasa después, la basura no desaparece mágicamente”.
Datos del Centro Empresarial del Plástico (CEP), señalan que el año pasado la fabricación de bolsas plásticas mostró un incremento de hasta 200 por ciento, como consecuencia del inicio de la pandemia por covid-19.
El plástico ha demostrado ser un aliado para contener la propagación de la pandemia, a través de la fabricación y uso de bolsas para desechos hospitalarios, mascarillas, jeringas y otros dispositivos médicos esenciales.
En el país existen 100 empresas recicladoras de alta tecnología, por lo que se considera necesario apoyar nuevas empresas que busquen ser mitigadoras del impacto ambiental. El papel de la industria, en todo momento, ha sido el de promover un uso responsable de este material.
Anualmente, la industria del plástico reporta a nivel nacional una facturación de 25 mil millones de dólares. Los sectores de destino más importantes se concentran en envases rígidos y flexibles, la construcción (tinacos, tuberías y mangueras), consumo (utensilios, calzado y juguetes), así como el industrial, que corresponde a la producción de contenedores, el sector eléctrico-electrónico y automotriz.
Exhorto del Congreso
En junio de 2020 la diputada María Luisa Pérez Perusquía presentó un acuerdo económico por el que exhorta a las autoridades de salud estatal y federal, así como a las autoridades municipales para realizar un adecuado manejo y tratamiento de los residuos hospitalarios considerados como peligrosos derivados de la atención a la enfermedad covid-19.
La diputada explicó que “la Federación, los gobiernos estatales y municipales tienen una responsabilidad compartida y que a través de acciones coordinadas de las facultades y obligaciones que les marca la Ley deben actuar en el manejo integral de los residuos peligrosos y prevenir la contaminación y riesgos para la población causados por la generación a gran escala de dichos residuos”, precisó.
Expuso ante el pleno virtual que “se desprenden dos grandes grupos de sujetos generadores de residuos peligrosos: uno, las instituciones de salud que están haciendo frente a la pandemia por covid-19 que generan grandes cantidades de desechos contaminados”.
“Y un segundo grupo que corresponde a las personas ajenas a los servicios de salud pero que ante sus actividades diarias hacen uso de estos materiales con el mismo riesgo de contaminación, y que pese a que en lo individual el volumen es pequeño, la acumulación por el alto número de usuarios, genera igualmente cantidades importantes que ponen en riesgo la salud de la población y al medio ambiente”, destacó Pérez Perusquía.
Ahorro por reciclar
La asociación ambiental ECOCE asegura que, si tan solo la mitad de los mexicanos separara sus residuos y reciclaran, por año se ahorraría el agua para llenar 29 mil 325 albercas olímpicas o bien 66.5 millones de barriles de petróleo.
Ante ello proponen el upcycling, que consiste en el aprovechamiento de residuos y objetos que, junto con un poco de creatividad se pueden transformar en productos con mayor valor ecológico y económico. Para dicho fin, normalmente se parte de un objeto cuyo destino sería el cubo de reciclaje o el bote de basura.