Jalisco nada tiene que celebrar este Día Mundial del Agua. A diario, se desperdician miles de litros y actualmente el déficit es de 5.1 metros cúbicos por segundo, además, la autoridad poco hace para evitar las fugas, y los ciudadanos siguen sin tener conciencia de que llegará el día en que falte el vital líquido.
“El problema del agua es como cuando nos quedamos sin gasolina, nos vamos a dar cuenta de lo que nos hace falta y a ver quién nos la trae en pipas”, advirtió el investigador de la Universidad de Guadalajara (UdeG), José Antonio Gómez Reyna.
De acuerdo con una solicitud de transparencia formulada al Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA), en los dos últimos años y un mes se registraron un total de 25 mil 206 fugas de agua. Tan solo el año pasado sucedieron 11 mil 830, es decir 985 al mes y casi 33 al día. Fue el mes de julio donde se tuvo más registro de fugas con mil 132.
Mientras que en el 2017, se contabilizaron 12 mil 385 fugas, siendo el mes de septiembre el que presenta más incidencias con mil 165; durante enero, sumaron 991 fugas de agua.
Sin embargo, hoy en día todavía se observa cómo la gente lava banquetas y calles con agua, y riega a mediodía; peor aún, a veces son los propios servidores públicos quienes a pleno sol humedecen los camellones de las avenidas principales de la ciudad.
Así, entre la poca cultura del agua y el crecimiento urbano, la pregunta seguirá siendo de dónde se traerá el vital líquido para atender la demanda, ya que la cantidad sigue siendo la misma. Mientras más población exista, menos gente va a tener agua.
“Esa es la gran incógnita, de dónde. Traerla de otro lado significa que se la vamos a quitar a alguien”, sentenció.
Son la zona Norte y los Altos Norte las que más sufren por la escasez, refirió que hay alrededor de siete municipios alteños amparados porque no quieren que se le quite la poca agua que tienen.
“Si el agua se la llevan a León o Guadalajara, de todas maneras se van a quedar sin agua, entonces se tiene que ver cómo se dotará de agua a esa zona”. Los tandeos no se generalizarían, seguirán siendo al oriente de la ciudad. “Es difícil que la parte poniente, siempre va a ser hacia al oriente porque la gente del poniente tiene más posibilidades económicas y esto generaría un problema político, la Ley debería ser pareja, hacer un rol de todas las colonias y hacer un calendario, siempre se castiga a los mismos”, consideró.
Para el investigador de la UdeG, las autoridades estatales deberían comenzar con pequeñas acciones antes de pensar en obras como la conclusión del presa El Purgatorio y Presa El Zapotillo. ¿Qué pueden hacer? Eliminar fugas y reutilizar el agua.
Además, se debe cuidar la calidad de agua; hoy no hay certeza, la única facultada para hacer estudios y determinar al respecto es la Comisión Estatal de Agua, pero es juez y parte.
“Se debe impulsar una auditoría externa sobre la calidad de agua”, sugirió. “El agua te da vida o te da muerte”, remató al recordar lo que ocurre en comunidades de Poncitlán, El Salto y Juanacatlán.
Citó el caso también de la Comisión Nacional de Agua (Conagua), que solo informa sobre almacenamiento del vaso lacustre, pero nunca detalla en torno a la calidad del lago.
Gómez Reyna estimó que es difícil saber en cuantos años más se podrá vivir la falta de agua, el gran problema es que la ciudad crece de forma desordenada y caótica.
En cifras
10mts3 por segundo se abastecieron en 2018.58 por ciento provino del Lago de Chapala.
5.1 metros cúbicos de déficit por segundo.
25, 206 fugas en dos años y un mes.
8,500 kilómetros de redes de agua.
SRN