De acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo (Semarnath) en la entidad se generan dos mil 629 toneladas de basura al día, misma que se atiende con infraestructura en más del 50 por ciento de residuos sólidos generados en el estado.
Según la dependencia a cargo de Benjamín Rico Moreno, en el estado se cuenta con siete rellenos sanitarios regionales, 14 rellenos sanitarios municipales, 46 tiraderos a cielo abierto y dos plantas de transferencia, la de Mineral de la Reforma y una más en el municipio de Huichapan.
La zona 2 de Pachuca, integrada por 15 municipios genera en la entidad entre 800 y 900 toneladas de basura al día, lo que representa el 30 por ciento del total de los residuos sólidos urbanos del estado.
Esta zona la integran los municipios de Pachuca, Mineral de la Reforma, Omitlán, San Agustín Tlaxiaca, El Arenal, Mineral del Chico, Tolcayuca, Epazoyucan, Zempoala, Atotonilco el Grande, Tizayuca, Zapotlán, Mineral del Monte, Huasca y Villa de Tezontepec.
De acuerdo con la Semarnath, la zona 1 oeste de Tula genera de 700 a 800 toneladas de residuos sólidos urbanos al día.
Esta zona la conforman los municipios de Tula, Tezontepec de Aldama, Tecozautla, Tlaxcoapan, El Cardonal, Nopala, Tepetitlán, Ixmiquilpan, Mixquiahuala, Francisco I. Madero, Progreso, Ajacuba, Tasquillo, Tepeji del Río, Huichapan, San Salvador, Alfajayucan, Chilcuautla, Chapantongo, Actopan, Atotonilco de Tula, Atitalaquia, Tlahuelilpan, Santiago de Anaya y Tetepango.
Asimismo, las consecuencias ambientales de la inadecuada disposición de los residuos pueden ser negativas en la salud de la población y de los ecosistemas naturales.
Los impactos negativos al ambiente por manejo inadecuado de los residuos orgánicos son: la generación de contaminantes y gases de efecto invernadero, la descomposición de los residuos orgánicos produce biogases que resultan desagradables por los olores que generan además de ser peligrosos por su toxicidad e incluso, por su explosividad.
Entre ellos destacan el bióxido y monóxido de carbono (CO2 y CO, respectivamente), metano (CH4), ácido sulfhídrico (H2S) y compuestos orgánicos volátiles (COVs, entre ellos la acetona, benceno, estireno, tolueno y tricloroetileno).
Algunos biogases como el CO2 y el CH4, además de alterar la calidad del aire, favorecen, como gases de efecto invernadero y el calentamiento global.