La pandemia de covid-19 ha causado estragos en distintos ámbitos, entre ellos el animal, pues a raíz de la aparición del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, comenzó un rechazo hacia diversas especies por la falsa información sobre la propagación de contagios.
Jessica Hernández Bernandino es protectora animal independiente desde hace 10 años. Reconoce que al principio de la pandemia hubo abandono de muchos perros y gatos ante el temor de posibles contagios, esto derivado de que en China se divulgó la idea de que estos animales eran transmisores de la enfermedad.
“Es un poco más difícil ahora, sobre todo porque cuando empezó este brote de SARS, mucha gente pensó que era por parte de los animales, y entonces vino al alza el abandono; hay demasiado abandono”.
De este modo, en las calles incrementó la presencia de perros y gatos, que antes eran mascotas y luego fueron dejadas a su suerte, dice la activista, quien en su momento formó parte de Rescatando Huellitas Tlaxcoapan y colaboró con el Refugio San Francisco, pero ahora hace labor proanimal por su parte y, por supuesto, con sus propios recursos.
Salud veterinaria al inicia de la pandemia por covid
En esas primeras semanas de pandemia la gente comenzó a consultar a los veterinarios para despejar dudas, o directamente para encontrar productos que pudieran mantener desinfectados a sus animales para evitar contagios y mantener así la convivencia entre las personas y animales de compañía, recuerda Karla Gómez, una joven veterinaria en la zona de Tula.
Justamente en ese entorno, un diario estatal hidalguense al principio de la pandemia posteó una imagen en la que propagaba la falsa creencia de que los animales eran un riesgo de contagio del nuevo coronavirus. Las críticas de animalistas no se hicieron esperar, y el medio retiró la imagen de sus redes sociales.
La veterinaria señala que la gente en ese entonces buscaba desinfectantes para los animales, pensando que serían súpertransmisores del virus a su familia. Existía – dice– una psicosis entre los tutores de animales de compañía, aunque al platicar con los veterinarios estos temores eran atenuados, o por lo menos eso parecía. Poco a poco las consultas por este motivo dejaron de presentarse.
Pero no sólo fue el temor por los contagios lo que afectó a los perros y gatos, sino que la contingencia sanitaria también causó una severa afectación económica, que impactó las finanzas familiares.
En Tlaxcoapan, María Guadalupe Pedraza González es una protectora animal independiente. Admite que antes de la pandemia había un número considerable de ejemplares en las calles de la demarcación, pero con el paso de las semanas ya no solo se veían animales mestizos, sino que también de raza en estado de abandono.
Esta situación evidenció de manera contundente que había aumentado el abandono de mascotas durante la contingencia sanitaria; considera que esto agravó la problemática de los animales en situación de calle, pues antes de que iniciara la pandemia ya había complicaciones por este motivo.
Pedraza buscó durante el anterior periodo de gobierno acercamientos con funcionarios de las alcaldías de Atitalaquia, Tlaxcoapan y Tula de Allende, para mejorar las condiciones para los animales, pero no tuvo respuesta positiva.
Esto solo empeoró la labor de rescate animal, al punto de suspender estas actividades drásticamente, pues sin trabajo coordinado entre activistas y autoridades, y con una pandemia a cuestas, la situación de los animales abandonados empeoró.
Pedraza González, quien forma parte del grupo independiente de protectores Adopciones San Francisco, los cuales a través de su fanpage promueven los rescates y las adopciones, admite que la pandemia obligó a los protectores independientes a suspender los rescates, pues costear las manutenciones de los animales es difícil en medio de esta crisis sanitaria y económica.
Explicó que junto con su esposo se dedican al activismo animal. Antes de la pandemia tenían capacidad instalada para albergar a 10 perros y 10 gatos temporalmente en tanto les encontraban un hogar, a través de la difusión de las adopciones en la fanpage.
No obstante, al comenzar la pandemia se replantearon la situación, y decidieron que ante la gravedad de la crisis sanitaria y económica solo harían pocos rescates para mantener al 50 por ciento la ocupación instalada, a fin de brindarles buenas condiciones de vida a los 10 animales que han albergado durante el tiempo que durara la pandemia.
Reconoce que los recursos económicos han escaseado, y al ser rescatistas independientes, deben asumir totalmente los costos de curación, medicamentos, alimento y vivienda para los animales que lograron albergar antes de que la crisis de covid-19 les obligara a suspender totalmente los rescates.
Donativos durante la pandemia
La activista releva que la situación económica tras la pandemia ha afectado severamente, lo cual es visible pues las donaciones han disminuido considerablemente; por el momento, y ante esta contrariedad, se han enfocado en difundir fichas de adopción de animales que las personas les solicitan, pero no están albergándolos, toda vez que deben hacer eficiente el uso de los recursos.
Lo resume en una frase: o comen ellos como familia o rescatan y mantienen animales. Es desde luego una decisión difícil, así que han intensificado las campañas de difusión de adopciones para buscarles hogar a los perros y gatos en situación de calle, una opción que sí pueden hacer ahora que los recursos económicos escasean.
Con tristeza la activista reconoce que todavía, en pleno siglo 2021 hay poca conciencia de la adopción de animales, aunque no pierde la esperanza de que puedan colocar a la mayor cantidad de animales en hogares, para que no tengan que vagar por las calles, sufrir de hambre o maltratos.
En este sentido emplazó a los pobladores a actuar de manera responsable en la tenencia de animales de compañía, pues recordó que los animales no son un juguete, y antes de tenerlos se deben considerar diversos aspectos, entre ellos el espacio, tiempo y los recursos para su cuidado. De esta manera se previene el abandono de mascotas.
Aunque subrayó que los adoptantes también deben considerar la esterilización para evitar la sobrepoblación, aunque estas campañas también han enfrentado dificultades por la parálisis de labores en el momento más crítico de la pandemia.
Jessica Hernández coincide en que las campañas de esterilización son necesarias. Refiere que previo a la pandemia cada mes se organizaban este tipo de jornadas a bajo costo, pero se tuvo que reducir su frecuencia por las condiciones epidemiológicas. Poco a poco se han reanudado estas actividades, para no dejar en la total indefensión a los animales.
Pero señala que no sólo se trata de abandono y esterilización, sino que también se debe frenar el maltrato animal, el cual se ha evidenciado más en los últimos años con la aparición de las redes sociales.
Para ello, considera que es urgente que, por ejemplo, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) y las alcaldías de Hidalgo capaciten urgentemente a su personal para la debida aplicación de la Ley de Protección y Trato Digno para los Animales.
Y es que dijo, existe mucho desconocimiento al respecto, lo que deriva en una desprotección para dichas especies, por ello insiste en que es urgente capacitar a este sector.
De nada sirve que se destinen recursos económicos para zoonosis si el personal no está capacitado para, por ejemplo, recibir una denuncia o darle el seguimiento correspondiente en un estado en el que hay un elevado número de casos de maltrato.
El Dato.Denuncias por maltrato animal en 2021
De enero a marzo den 2021 se han iniciado 62 denuncias de maltrato animal ante la Fiscalía de Hidalgo, todas se encuentran en integración hasta el momento. En enero se iniciaron 27 denuncias, en febrero: 18 y en marzo: 17.
Lamentó que interponer oportunamente las denuncias no tenga sentido si el personal no sabe cómo proceder, y por ende no prosperará la carpeta de investigación ante el desconocimiento de la ley por parte de los funcionarios de la PGJEH.
Autoridades desconocen la ley vigente que protege animales
Gretel Dafne Hernández Ángeles, activista animal independiente, especializada en el manejo de fauna silvestre, quien además es estudiante de veterinaria, coincide en que hay mucho desconocimiento sobre la aplicación de la ley de protección animal, en parte porque las autoridades no le dan la importancia debida.
Considera que en Hidalgo hay una pobre atención al tema, pues además no hay instancias a las cuales recurrir pues no se le ha dado la importancia que se merece la protección animal, y por esto no hay centros de manejo animal, por ejemplo, en la región del Valle del Mezquital.
Dice que aunque hay una ley, es letra muerta, pues los funcionarios no las conocen, y por eso, por ejemplo, el personal del Centro de Atención Temprana (CAT) de la PGJEH no sabe cómo actuar.
Y desde luego la pandemia contribuye a este caos. Dice que en la pandemia las autoridades han dejado de hacer su trabajo, y si no atienden como prioridad los casos de violencia intrafamiliar, menos los de maltrato animal.
Hernández Ángeles se dedica principalmente al rescate y manejo de fauna silvestre. Dice que hay un desconocimiento de cómo atender reportes que involucran a estas especies, pues la gente no sabe cómo debe manejar serpientes, tlacuaches, y otros animales cuando ingresan a las viviendas, y en muchas ocasiones los perros y gatos los atacan, matándolos.
Es un desconocimiento de generaciones –dice– pues hay una creencia arraigada entre los adultos mayores de que a los animales silvestres se les debe matar, sin pensar en que se cohabita con ellos en las diferentes regiones y por tanto deben convivir las personas con estas especies.
Esa falsa creencia ha pasado de generación en generación, pero ella está tratando de revertir este pensamiento. Ha iniciado algunos pequeños cursos con algunos niños, para hablarles sobre el respeto a los animales.
Admite que la respuesta es buena, pues hay apertura en los niños, a diferencia de los mayores. Esto aun cuando los niños son comúnmente toscos con los animales. Pero insiste en que hay más consciencia. Pero la pandemia también ha frenado estos intentos, pues los limita.
Destaca que es importante generar conciencia entre la población, y ejemplifica que a principios de la pandemia se generó una psicosis por la asociación del nuevo coronavirus a los murciélagos, aunque también a los perros y gatos, aunque señaló que la gente tiene que tomarse el tiempo para informarse adecuadamente, al tiempo que explicó que los perros y gatos sí pueden tener coronavirus, pero es de otro tipo, no necesariamente el que actualmente mantiene en jaque al mundo humano.
Su familia tiene una farmacia veterinaria y recuerda al principio de la pandemia la gente llegaba al establecimiento con sus animales envueltos en bolsas de plástico, para no tocarlos, creyendo que las mascotas los contagiarían de coronavirus.
Insiste en que no hay educación sobre el trato a los animales, y esta pandemia lo ha evidenciado, tanto para las mascotas comunes como gatos y perros, como para la fauna silvestre, pues en este último caso no hay preparación sobre su manejo y protección.
Ella acude regularmente a auxiliar a las personas en manejo de fauna silvestre para evitar que las especies resulten lastimadas por un mal manejo. Una vez que hace el rescate se les valora para detectar alguna posible lesión o daño, y posteriormente, ya sanos, se reintegran a un entorno seguro tanto para ellos como para las personas. Desde hace algún tiempo se ha enfocado en este sector animal, que enfrenta una desprotección mayor al de otras especies a las que incluso erróneamente –dice– se les está sobrehumanizando.
Antecedentes legislativos de la protección animal en Hidalgo
Desde 2005 Hidalgo cuenta con Ley de protección animal, pero no se aplica como debiera, y aunque legislaturas como la actual, han pretendido hacer reformas, no lo han conseguido, agravando la problemática para los animales que todavía no tienen una protección real en el estado.
Gretel Dafne ha participado como activista animal independiente en algunos diálogos virtuales con aspirantes a la legislación local, por medio de una página de protección animal.
Debido a ello ha planteado a algunos aspirantes al Congreso local su preocupación por esta indefensión para las especies animales. Sin embargo, admite que no ha visto en ellos un compromiso real. “Hable con algunos, pero solo dan el avión, no los veo muy comprometidos”.
Relata que en el actual Congreso tampoco hay compromiso, pues los diputados locales realmente no trabajan, no se preparan o investigan sobre el tema y solo se guían con lo que les informan sus asesores, pero no buscan a detalle, no se preparan, no investigan más para mejorar la ley.
Así, sin esfuerzos coordinados, con poca educación sobre el cuidado y el manejo de especies, y el desinterés de los diputados, funcionarios, autoridades y dependencias en la aplicación de la ley de protección animal, la indefensión de animales continúa.