La consulta pública del nuevo plan de manejo de La Primavera será la que definirá la nueva zonificación que requiere un área natural protegida que en 18 años perdió más de 600 hectáreas por un proceso judicial de exclusión, y cuyas condiciones de presión frente a la expansión de Guadalajara se ha agravado. Por eso, independientemente de lo que se apruebe, la tendencia es a incrementar la superficie con políticas de protección y conservación, y consolidar el manejo eficiente de las abiertas al uso público.
El texto preliminar, del que posee una copia MILENIO JALISCO, fue elaborado por la empresa 2 Grados Consultores, bajo la coordinación de Cecilia Valencia Sandoval, Rafael González Franco de la Peza y Mónica Varela Cuevas. A la par del texto, se elaboraron propuestas de mapas con la zonificación nueva, lo cual es el tema medular de negociación con los pequeños propietarios y los ejidatarios que poseen derechos en la zona.
“Desde su declaratoria y posterior a la aprobación del Programa de Manejo del 2000, algunas condiciones biológicas, pero sobre todo las socio-políticas del área de protección de flora y fauna cambiaron de manera significativa. Es por ello, que no solamente se justifica, si no también es necesario adecuar la zonificación de 2000 a una zonificación que contemple las condiciones y demandas que presenta actualmente y así garantizar su protección; bajo el entendido que para ello deberá garantizarse la aplicación y cumplimiento irrestricto de la ley”, destaca el texto.
“Se presentan dos propuestas de zonificación: una, la que prioriza criterios de protección, y dos, la que además de priorizar los criterios de protección, toma en cuenta los factores sociales. Con respecto a la geotermia, tanto la recomendación de los expertos, como nuestra conclusión bajo estrictos criterios técnicos, es que no debe de llevarse a cabo”, subraya.
Para hacer el ajuste, se consideraron siete criterios: uno, protección de valores de flora y fauna, tomando en cuenta la biodiversidad existente como son especies presentes en la NOM-059-SEMARNAT-2010, especies nativas de México de flora y fauna silvestre bajo alguna categoría de riesgo y especificaciones para su inclusión, exclusión o cambio, así como a los tipos de vegetación existentes; dos, protección de valores geológicos; tres, protección de cabeceras de cuenca; cuatro, protección de corredores biológicos; cinco, protección de predios adquiridos por el gobierno del estado; seis, demanda social, tanto de visitación como de actividades productivas que realizan los propietarios, y siete, afectaciones severas al ecosistema debido a incendios y a factores humanos derivado de hechos ilícitos de carácter ambiental.
Esto derivó en poner en mapa los siguientes tipos de zonas: uno, las que contienen especies en riesgo y endémicas, con alta riqueza biológica y ecosistemas relictuales, como bosque bien conservado y antiguo; dos, con criterio de protección de cuencas, tanto para la recarga de acuíferos, como para la distribución de especies; tres, con valor geológico, tanto como zonas representando rasgos únicos y distintivos, como el origen de calderas, y zonas que muestren procesos con fines educativos; y cuatro, que contengan criterios de conectividad biológica.
“En cuanto a amenazas, se identificaron zonas que presentan las siguientes: uno, incendios; dos, expansión urbana; tres, erosión; cuatro, impacto por visitación; cinco, sismos y vulcanismo; seis, extracción de material geológico; siete, geotermia, ocho, asentamientos irregulares; nueve, basureros y diez, carreteras”.
Estas son las complejas necesidades de una zonificación nueva, la parte más difícil de la consulta con los dueños de la tierra, que mantienen una actitud de oposición a diversas acciones de control en el bosque que se han implementado los últimos años.
Claves
1 Protección de cabeceras de cuenca,
2 Protección de corredores biológicos,
3 Protección de valores de flora y fauna,
4 Protección de valores geológicos,
5 Protección de predio de gobierno del estado, y
6 Demanda social (visitación y propietarios).
1 Presión/expansión urbana. “La presión a la cual se enfrenta el área, asociada al crecimiento urbano, es cada vez mayor, por lo que el estrangulamiento del área y la pérdida de conectividad biológica están poniendo en riesgo al área protegida”.
2 Cambios en el régimen de tipo de propiedad. En los últimos años, el gobierno del estado ha adquirido territorio dentro del bosque con el fin de garantizar su conservación.
3 Incremento en la demanda de visitación. “La demanda de visitación ha incrementado drásticamente en las últimas décadas, tanto en número de visitantes como en tipo de actividad; por lo que la presión hacia el ecosistema debido a este tipo de actividad es mayor”.
4 Incremento en conocimiento científico. “Desde la publicación del Plan de Manejo de 2000, se han realizado estudios los cuales brindan evidencia de los valores, procesos e importancia del bosque (de flora y fauna, hidrología y geología), así como estudios que muestran las zonas de conectividad biológica con otras áreas de la región, las cuales son fundamentales para la viabilidad a largo plazo”.
5 Incorporación al Programa de Reserva de la Biosfera MAB/UNESCO. “En 2006, el área de protección de flora y fauna fue incorporada al programa MAB de la UNESCO. Dichas reservas constituyen ‘sitios de apoyo a la ciencia al servicio de la sostenibilidad’, es decir, zonas especialmente designadas con objeto de probar enfoques interdisciplinarios para comprender y gestionar los cambios e interacciones de los sistemas sociales y ecológicos, incluidas la prevención de conflictos y la gestión de la biodiversidad”
Fuente: versión preliminar del plan de manejo, 2018
SRN