Afianzar una relación sólida y fluida con los dueños de los terrenos donde se ubica el bosque La Primavera es tarea que preocupa a los hacedores de la nueva versión del plan de manejo del área de protección de flora y fauna. Pero si se echa un vistazo a la composición de ese colectivo, sean ejidos o parvifundistas, las cosas no son simples.
“Dentro del polígono, 57.4 por ciento de la superficie es propiedad privada, 23.8 por ciento es propiedad ejidal y 18.7 por ciento es propiedad estatal, de estas últimas, 5,290 hectáreas se adquirieron en 1984 por donación presidencial, y 700 ha fueron adquiridas en 2001, por un convenio expropiatorio y el apoyo de la LV legislatura”.
El padrón de propietarios del Bosque La Primavera, “está en continua actualización, ya que depende del acercamiento de los poseedores y legales dueños de predios, al Organismo Público Descentralizado”, al que muchos de eso propietarios rechazan.
“En este momento, se encuentran en el sistema de información geográfica, un total de 189 predios registrados en la categoría de pequeña propiedad o propiedad particular, mismo que representan 74 por ciento del total de superficie catalogada en este rubro [es decir, como propiedad privada], porcentaje que equivale a 11,790 hectáreas aproximadamente, dentro del área de protección de flora y fauna”, destaca el documento.
“Es importante mencionar que la integración de datos e información de predios a dicho padrón, no cuenta con un parámetro de medición en cuanto al número de propietarios, dado que la dinámica actual obedece a que un número indeterminado de dueños y poseedores, realizan operaciones de compra venta de predios, los cuales a su vez son fraccionados para su promoción inmobiliaria. No obstante, sí se puede determinar su avance en cuanto a superficie”, explica.
Los resultados contrastan con un ejercicio realizado en 2014. “Un ejercicio de la Dirección Ejecutiva del bosque, realizado durante los últimos meses en los archivos e instrumentos públicos disponibles: las direcciones de catastro de los cuatro municipios, el Catastro estatal y el Registro Público de la Propiedad, pone nombre y apellido en una parte sustantiva de la tierra, hasta identificar plenamente 126 propiedades que se extienden sobre 7,390 ha, menos de la mitad de la superficie de la pequeña propiedad, y consignar otros 295 nombres que podrían arrojar la nómina casi completa, que totaliza en 421 predios y unos 400 dueños privados” (MILENIO JALISCO, 6 de marzo de 2014).
Es decir, se trata de un tema en el que no se contará con datos completamente fidedignos mientras no se cuente con un padrón completo y actualizado, reconoce el documento que en unas semanas será sometido a consulta.
Otra cosas es el destino que cada propietario da a los predios. En la versión preliminar del plan se dan ejemplos: “…en el predio del Picnic (que dicho de paso es UMA) desde 2012 se construye una torre cuya finalidad se desconoce, aunque refiere un proyecto de educación ambiental y museo. Destaca también el rancho de nombre La Providencia, en el kilómetro 15.5 de Mariano Otero ya que en éste se construyó un par de cabañas con el objetivo de realizar actividades de educación ambiental. Terminó por ser recinto para recibir campamentos de rehabilitación de grupos de ex adictos al alcohol y/o drogas, que realizan terapias dentro del bosque. Existe un doble propósito, donde el propietario asegura realizar proyectos en favor del bosque o con fines de fomentar la educación ambiental, pero son en su mayor parte propiedades para uso y disfrute personal o pecuniario”.
Evidentemente, esto se liga con las tentativas de cambio de uso de suelo. “De acuerdo con la estadística de denuncias levantadas y verificadas por la Dirección de Inspección y Vigilancia del ANP, durante el periodo de 2009 a 2014, el cambio de uso de suelo encabeza la lista de denuncias, representando un 70 por ciento. En total se registraron 102 casos en sitios verificados en campo, dando como resultado cambios de uso por construcción en un 72 por ciento de los casos, cambio de uso forestal a agrícola en 20 por ciento y la apertura de bancos de material y caminos en 8 por ciento”. De este modo, “cerca de 0.25 por ciento de la superficie del ANP se encuentra ocupada por construcciones, la mayoría de ellas irregulares”.
Claves
Una relación histórica llena de dificultades
“El reconocimiento de los derechos de sus propietarios bajo mecanismos y esquemas que les ofrezcan las mejores condiciones dentro de los márgenes de lo establecido por la ley, haciendo prevalecer el interés público sobre cualquier otra consideración” es un objetivo central del plan de manejo, versión 2018
“Se estima que habitan de manera permanente alrededor de 200 personas dentro del ANP. Dentro del ANP se encuentran once ejidos reconocidos en el Registro Agrario Nacional: 1) Emiliano Zapata, 2) Huaxtla, 3) Jocotán, 4) Lázaro Cárdenas (ex Comunidad Indígena de San Juan de Ocotán), 5) La Primavera, 6) La Venta del Astillero, 7) San Agustín, 8) San Juan de Ocotán, 9) López Mateos, 10) Colli y 11) Tala. Actualmente se encuentra en litigio la dotación de territorio en el área protegida, del ejido Ampliación de Santa Cruz del Astillero. Se estima que en el régimen de propiedad ejidal hay 2,644 beneficiarios dentro del bosque y en sus límites, además de un número no determinado de propietarios privados”
La inviabilidad práctica de conciliar el interés público con el interés privado de los propietarios, particulares y colectivos (ejidos), provoca “una tensión permanente no resuelta, factor de conflicto que se manifiesta en la atomización creciente de la propiedad, la edificación hormiga, la fragmentación y perdida de conectividad interna, y el débil control y regulación de la visitación pública”
En 1980, “algunos propietarios vivieron la declaratoria como un despojo ya que vino a limitarles drásticamente los derechos sobre su propiedad; para otros actores sociales la declaratoria se quedó muy corta ya que al no modificar el régimen de tenencia de la tierra no se sentaron las bases para garantizar el tipo de protección y conservación que ameritaba en función de los beneficios que proporciona a la ciudad. En la actualidad coexisten posiciones antangónicas que plantean que deberían ‘relajarse’ las restricciones a los propietarios, y esfuerzos a favor de una expropiación para hacer del Bosque La Primavera un Parque Nacional”
Así, “existe una brecha muy amplia entre los conceptos de conservación y manejo sustentable que nos señala el Programa de Manejo y las actividades que interesan a los propietarios, desarrolladores y las comunidades asentadas alrededor del área”
De este modo, actividades y acciones primordiales son la “replicación de casos exitosos en materia de actividades productivas por parte de propietarios (en materia de coordinación, fondos, monitoreo y seguimiento); coordinación con propietarios para el diseño y financiamiento de proyectos estratégicos; dar continuidad a casos exitosos en compensación (PSA) y buscar otras alternativas compensatorias; identificar qué actividades productivas y tradicionales pueden hacerse en el BLP (explorar la viabilidad de reconversión de cultivos actuales por plantaciones comerciales forestales) y elaborar estudios de capacidad de carga y programa de uso público (por actividad y por zona)”
Fuente: Plan de manejo 2018 La Primavera, versión preliminar
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SRN