La crisis del agua resta competitividad al sur de Tamaulipas y de no resolverse empezará a alejar inversiones, lo que traerá un impacto económico negativo a la zona, coincidieron asociaciones civiles como el Colegio de Ingenieros Civiles de Tamaulipas y Ciudadanos Conscientes en Acción por México.
Alfredo Trejos de la Peña, presidente del primer organismo, señaló que del sistema lagunario en conflicto es de donde se abastece también la industria, y los paros de plantas envían señales negativas al exterior, por lo que considera que los tres niveles de gobierno deben diseñar un control de daños y evitar que siga perdiéndose competitividad.
“Claro que la zona está perdiendo competitividad con esto que está pasando con el agua, de ese vaso se abastece la industria y hay plantas que han suspendido sus actividades, lo que envía señales negativas que pueden venir a alejar inversiones si no se hace algo para evitar estas afectaciones”.
Un descuido de los tres niveles de gobierno
Expuso que lo que sucede en el Camalote es un descuido de los tres niveles de gobierno, porque el municipio tiene que gestionar y no soltar, al igual que el estado y la Federación ejecutar.
“Es muy drástico el ingreso de agua salada al cuerpo de agua dulce y se tiene que ver qué es lo que se va a hacer pues hay mucho perjuicio y es necesario aplicar un control de daños”.
Roque Montiel Lozano, representante de CCAM dijo que a nivel mundial ya se conoció la emergencia que atraviesa la conurbación por el tema del agua, de tal manera que, afirmó, se ahuyentan inversiones pues el agua es vital para la industria.
Apuntó que “no tener certeza de contar con agua dulce es un gran problema, hay que revisar lo que viene, la zona está en crisis porque lo que pasó ya es mundialmente conocido, nadie va a querer invertir aquí, no hay certidumbre, se perdió competitividad y nos va a afectar mucho en la economía”.
"Los efectos del cambio climático se adelantaron"
Sostuvo que las autoridades quieren resolver el problema con fórmulas del pasado, sin tomar en cuenta que las circunstancias se han modificado, pues los efectos del cambio climático que se esperaban para el 2050 se adelantaron.
“Me tiene muy preocupado lo que se está viendo en la zona; estaba pronosticado para el 2050 pero se anticipó y es muy serio, es la primera vez que tenemos una escasez de agua de ese tamaño”.
Y es que desde su punto de vista, la obra que iniciará Conagua en el mes de junio con una inversión de 40 millones de pesos para rehabilitar el sistema de esclusas del sistema lagunario Tamesí, e incluso el proyecto integral que requiere una inversión de $1,600 millones, no servirán de mucho pues están basados en indicadores que se quedaron obsoletos frente a los efectos del cambio climático.
“Ya no es por ahí, ya cambió todo, el cambio climático se adelantó y hay que pensar en otras soluciones para afrontarlo y no seguir perdiendo competitividad pues esto traerá graves consecuencias para la zona”.
Expresó que en el dique Camalote hizo crisis una falta de supervisión no de ahora ni de ayer, sino de muchos años atrás, pero que conjugado con la peor sequía que estamos viviendo complica la situación.
“Esto no es un juego, el sur de Tamaulipas será una de las regiones más castigadas si no se defiende. En el sur de Estados Unidos lo que están haciendo es tratar el agua de mar, por eso yo insisto en que una desaladora puede ser la solución de fondo”.
A su vez, Rafael Benavides Osorio, presidente del Colegio Mexicano de Ingenieros y Arquitectos difirió de lo anterior y dijo confiar en que las lluvias diluyan la presencia de la sal en el vaso que abastece de agua a población e industria y todo vuelva a la normalidad.