Mexicano crea tecnología para cuidar salud de astronautas

Diseña programas de inteligencia artificial dirigidos a resolver los problemas que puedan presentar durante la expedición a Marte que planea la NASA.

El médico Emmanuel Urquieta Ordóñez colabora con la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos.
Blanca Valadez
México /

El mexicano Emmanuel Urquieta forma parte del equipo de la NASA encargado de diseñar tecnología y programas de inteligencia artificial dirigidos a resolver los problemas de salud que lleguen a presentar los astronautas durante su expedición a Marte, que está programada para llevarse a cabo entre 2030 y 2035.

El especialista busca soluciones médicas porque la distancia entre la Tierra y Marte (alrededor de 228 millones kilómetros), propicia un desfase de 42 minutos para que los astronautas establezcan comunicación con el personal de Estados Unidos.

Además, aclaró Urquieta, el centro de control de emisión tendrá durante el día solo una hora para acceder a la información registrada por el vehículo durante la expedición, es decir, los estudios de imagen y química sanguínea se transmitirán en ese corto periodo.

Problema de tiempo

“Si un astronauta se encuentra en Marte y desea contactar a personal de Tierra, tardará 42 minutos en entablar esa comunicación y exponer un problema médico o emergencia de salud... No podemos esperar tanto para que el médico, a través de una consola localizada en Houston, indique qué procedimiento seguir”, dijo Urquieta en entrevista, tras detallar que gran parte de los proyectos están centrados en controlar la presión y disminuir la radiación en el cuerpo.

Ante ese reto, con 250 millones de dólares de presupuesto, el experto está diseñando soluciones de medicina espacial basadas en algoritmos, para que los astronautas, sin ser médicos, se puedan hacer estudios de presión arterial, química sanguínea, radiación y oculares, entre otros, para que en ese mismo instante sepan cómo solucionar el problema con procedimientos sencillos.

Una de las preocupaciones es que los astronautas desarrollen cáncer, afectaciones en el sistema nervioso central y de tipo cardiovascular. “Estamos resolviendo el problema a través de investigaciones con ratas de laboratorio a las que se les ha inyectado sangre de personas y se les exponen a la radiación cósmica para determinar la forma adecuada de proteger a la tripulación”, agregó el especialista.

Un problema frecuente es el síndrome ocular asociado al vuelo espacial. “Un astronauta puede estar de cabeza, volteado, dando piruetas, pero debido a la presión, el volumen sanguíneo se incrementa dentro del cráneo propiciando que la circulación en los ojos sea más intensa y su forma se transforme a una elipse. Tras estar seis meses en el espacio terminan por perder la visión cercana”, explicó.

Artefactos

Ante ese problema, Urquieta diseñó un dispositivo con características de goggles que puede tomar una imagen del fondo de ojo con la misma calidad que un retinoscopio y detectar los cambios morfológicos oculares del astronauta.

“Es tecnología autónoma que no requiere de conocimiento médico y guía a los astronautas sobre qué hacer para evitar daños”, comentó el investigador.

También ha diseñado un ultrasonido sencillo que monitorea, navega y diagnostica sobre el estado en el que se encuentra el corazón, la tiroides y diversos órganos. No se requiere de un médico, ya que la inteligencia artificial indica cómo debe ser maniobrado, para lo que solo se requiere un celular.

El desarrollo de tecnología, aplicaciones y soluciones espaciales, aclaró Urquieta, no debe verse como algo de ciencia ficción, porque también puede resolver los problemas de salud que tiene México, sobre todo entre las comunidades marginales y alejadas de los servicios médicos.

“Los problemas para diagnosticar y dar seguimiento a una retinopatía diabética, o a un glaucoma, por ejemplo, requieren de un equipo médico de difícil traslado; pero este dispositivo, tipo goggles les dará resultados certeros, procedimientos que se deben seguir, y lo mismo sucede con el ultrasonido, con el que se pueden salvar muchas vidas”, concluyó.

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