México se convirtió en el tercer país en América Latina en aprobar el primer tratamiento elaborado con la tecnología ARN que reduce el colesterol malo elevado (LDL) y, por lo tanto, el riesgo de sufrir e incluso de fallecer por un evento cardiovascular (EVC).
Expertos de diversas partes del mundo resaltaron la importancia de que México cuente con dicha innovación debido a que cada 2 minutos fallece un paciente a causa de afecciones cardiacas en el país y, aproximadamente, el 31 por ciento se debe al LDL elevado, es decir, por esa acumulación y formación de placas en las arterias que derivan en el bloqueo del flujo sanguíneo al grado de reventarlas.
La nueva molécula comercializada con el nombre de Sybrava se incluye dentro de una nueva clase de medicamentos llamados pequeños ARN de interferencia (ARNip). Tiene la capacidad de reducir, de acuerdo con sus diversos estudios clínicos presentados, el llamado colesterol malo hasta en 52 por ciento.
Se trata de un esquema en el que durante el primer año se aplica la dosis vía intramuscular, es decir, en cualquier área del tejido adiposo, por tres ocasiones, la inicial, otra más 90 días y la de refuerzo. Y a partir del segundo año, como parte de un mantenimiento anual, solo dos dosis, una cada seis meses.
“Es un momento histórico en el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares. Se está previniendo la enfermedad y los desenlaces fatales, y aunque seguiremos atendiendo a los pacientes que ya cursan con complicaciones (sobre todos los que tuvieron infartos), muchos ya no tendrán que pasar por salas de urgencias, terapias intensivas”, explicó Adolfo Chávez Mendoza, cardiólogo, especialista en insuficiencia cardiaca dentro del Centro Médico Nacional Siglo XXI, del IMSS.
El especialista también dejó en claro que esta novedad terapéutica en absoluto sustituye a las estatinas convencionales, pero si contribuye de manera significativa a lograr de manera conjunta que los pacientes alcancen las metas de reducción de colesterol y, con ello, la posibilidad de un evento que puede resultar incapacitante o mortal.
“Hay tratamientos diversos y los resultados dependen de muchos factores. Algunos disminuyen discretamente los niveles de colesterol, pero que no contribuyen a alcanzar las metas requeridas (de reducción de la placa para evitar un evento cerebrovascular o la muerte). Algunos de los tratamientos resultan poco eficaces o se requieren de dosis muy altas. Todo esto ha contribuido a que muchos pacientes terminen por abandonar su tratamiento, que no haya adherencia. Con esta innovación se mejora el apego y la adherencia, y se alcanzan los objetivos (reducción de esa placa)”, detalló.
Chávez Mendoza recordó que el colesterol LDL es la grasa que daña crónicamente al endotelio, es decir, como se define el interior de las venas, vasos sanguíneos y de las arterias.
La inflamación constante del endotelio, abundó, propicia “ciertas grietas” y el ingreso del colesterol. “Llegan unas células llamadas macrófagos que se comen a las células y se empieza a formar placas de colesterol, células espumosas que se empiezan a acumular y a deformar al endotelio desde su interior y lo reemplazan por esa plaza de colesterol. Esa plaza de colesterol va creciendo con el paso de los años hasta que llega el momento de que cualquier estimulo, por ejemplo, el descontrol hipertensivo, puede fracturarla propiciando la formación de coágulos y obstruyen totalmente el paso de sangre”, aseveró.
¿Qué sucede con los que ya tuvieron un EVC?
Por su parte, María Alexandra Arias Mendoza, jefa del departamento de urgencias y de unidad coronaria del Instituto Nacional de Cardiología, explicó que la novedad terapéutica también contribuye a reducir que tengan otro evento vascular (EVC) los pacientes con afecciones coronarias.
“Muchos de los pacientes después de tener un evento coronario o un infarto, muchos de ellos no llegan a la meta de la reducción del colesterol malo, del LDL. Esta molécula va a contribuir a que lleguemos más pronto a la meta, a que logremos el descenso del colesterol malo, mayor adherencia e impactar en un nuevo evento de infarto agudo”, aseveró.
Las metas de reducción del colesterol deben estar por debajo de los 50 miligramos por decilitro. “Una persona con infarto ya es un fracaso para el sistema de salud, y lo idea es no llegar a ese evento y tener muy en claro que un LDL por encima de 100 (miligramos por decilitro) ya empieza a producir una enfermedad ateroesclerosis (acumulación de placa en las arterias). Es importante desde los 25 años conocer con estudios de química sanguínea nuestro LDL y mantenerlo por debajo de 100”.
Entre los pacientes que ya tuvieron un infarto cardiovascular o cerebral con un cuadro clínico diversos: colesterol alto, hipertenso, diabético, el tratamiento es altamente efectivo siempre y cuando se atiendan, simultáneamente, el resto de los factores.
“Lograr un LDL bajo control. Mantener la presión en 120/ 80; la hemoglobina glucosilada en alrededor de 6.5. Con esos parámetros yo voy a bajar su riesgo de tener otro evento y de morir por 10 años. El paciente, inclusive, va a tener una vida normal, claro, controlado con medicamentos. Sin este medicamento y los cuidados requeridos, se duplica la probabilidad de que un nuevo evento y de morir justo en ese periodo de 10 años”.
¿Cómo funciona el medicamento innovador?
María Alexandra Arias Mendoza, jefa del departamento de urgencias y de unidad coronaria del Instituto Nacional de Cardiología explicó que un ser humano sano debe estar un LDL por debajo 40 miligramos por decilitro y, lamentablemente, los mexicanos se han acostumbrados a niveles altos (100 miligramos por decilitro) que no inhibe la formación de placa de grasa en las arterias coronarias.
Cuando ya se tiene una placa de grasa llena de colesterol, explicó en entrevista, se trata de impedir que siga ingresando el LDL y, al hacerlo, se logra revertir el tamaño de la placa para que esta no se reviente y cause un evento cerebrovascular. Se hace también una especie de bloqueo para que esa placa se endurezca y no se rompa. “La molécula impide que este LDL siga alimentando a la placa. Evitamos que entre y, al lograrlo, se empieza a reducir el tamaño (con ello sigue circulando la sangre y el oxígeno)”, aclaró.
Es un tratamiento muy importante, reiteró, porque la principal causa de muerte en México son las afecciones cardiovasculares, inclusive, en época de pandemia jamás se redujo la alta prevalencia. Lamentablemente, en los servicios de urgencias, solo un 20 por ciento sabía que tenía LDL alto o se asume diabético.
Fernando Javier Lavalle, jefe de la clínica de diabetes del Hospital Universitario “Dr. José E. González” de la Universidad Autónoma de Nuevo León, comentó que los eventos cardio y cerebrovasculares son más comunes en los varones por exceso de testosterona, y en el caso de las mujeres este riesgo se eleva en la menopausia. “Cuantos jóvenes deportistas hemos visto que de repente tienen un evento cardiovascular, bueno, la sospecha es el exceso de consumo de testosterona, y en la mujer cuando deja de producir estrógenos en la menopausia, el balance se pierde, empieza a tener andrógenos, de hormonas masculinas, un poco mayor. Ahí están los riesgos”.
Especialista también consideraron que la novedad terapéutica tendrá un impacto positivo en el saneamiento de las finanzas públicas. Se calcula que en el 2030, el IMSS, por ejemplo, superará los 300 mil millones de pesos en gastos por atender las enfermedades cardiovasculares. El actual tratamiento se vende en el sector privado. El paciente gasta 60 mil pesos el primer año, por las tres dosis, y en el segundo alrededor de 40 mil pesos anuales por las dos dosis semestrales.
Las enfermedades cardiovasculares cobran la vida de 17.9 millones de personas anualmente y se pronostica que para 2030 aumente a 23.6 millones.
En México, durante 2021,1 paciente cada 2 minutos falleció, es decir, aproximadamente 220 mil personas perdieron la vida debido a estas afecciones, de los cuales, 177 mil fueron resultado de infartos al miocardio, evento prevenible mediante el control de factores de riesgo como tabaquismo, hipertensión, niveles elevados de colesterol y diabetes no controlada.
El 31 por ciento de las muertes por ECV se atribuyen al impacto del colesterol LDL elevado, y más de 70 por ciento de la población mexicana tiene sobrepeso y 30 por ciento de esta cifra presenta obesidad. Sin embargo, el diagnóstico temprano y el tratamiento efectivo son deficientes, con solo 14 por ciento de casos diagnosticados y un escaso 18 por ciento en tratamiento.
La enfermedad cardiovascular ateroesclerótica (ECVA) representa la principal causa de morbilidad y mortalidad relacionada con ECV, y en México se han diagnosticado aproximadamente 6.4 millones de personas con este padecimiento, pero solo 2 millones están bajo tratamiento.
LG