Modificar genes mutados, nuevos procedimientos contra los cánceres ginecológicos

En la actualidad se cuenta con terapias “dirigidas” hacia ciertas mutaciones específicas.

Más de 20 mil mujeres son diagnosticadas con algún tipo de cáncer ginecológico en México | Especial
Blanca Valadez
Ciudad de México /

Existen nuevos procedimiento de tratamiento de cáncer ginecológicos, como cuello uterino, útero y de ovario, basados en tomar células del paciente, analizarlas en laboratorio donde se le quita el gen mutado y se le incrusta a la paciente de nuevo.

“Este gen crea un receptor para las células cancerosas del paciente y al devolverlo al cuerpo provoca una respuesta del sistema inmunológico que se enfoca en eliminar las células del cáncer sin dañar a las demás”, comentó Marcela del Carmen, quien se desempeña como presidenta de la Organización de Médicos de Massachusetts General Hospital y vice presidenta del sistema Mass General Brigham.

Marcela del Carmen, presidenta de la Organización de Médicos de Massachusetts General Hospital | Especial

Uno de los factores de riesgo para desarrollar cáncer de ovario es contar con mutaciones en los genes BRCA 1 y BRCA 2; que además, predisponen la aparición de cáncer de mama. Por esta razón, el enfoque de las investigaciones se ha dirigido no solo a investigar tratamientos para los síntomas, sino también en terapias génicas, que modifican la información genética de las células de los pacientes.

“El futuro de las terapias contra el cáncer está enfocado en cómo alterar el sistema inmunológico del paciente, a través de la plataforma de células CAR-T, para que este sea su primera línea de defensa y cuenten con una armadura más fuerte en su mismo cuerpo.

Otro enfoque en la actualidad es contar con terapias “dirigidas” hacia ciertas mutaciones específicas, por ejemplo, hoy se cuenta con una terapia de mantenimiento basado en pastillas con inhibidores PARP para pacientes con cáncer de ovario y una mutación específica en sus tumores. Estos inhibidores ayudan a reparar el daño causado al ADN, e impiden que las células cancerosas se reparen, mejorando la progresión de pacientes que recibieron quimioterapias.

De esta forma se evita dar un tratamiento generalizado como la quimioterapia, que puede generar efectos secundarios y ocasionar daños en células sanas”, agregó Marcela del Carmen.

Cada año más de 20 mil mujeres son diagnosticadas con algún tipo de cáncer ginecológico en México, aproximadamente 47 por ciento del total de casos de cáncer en mujeres. Identificar oportunamente los síntomas de estas enfermedades es de vital importancia para comenzar con un tratamiento adecuado.

Para cada tipo de cáncer ginecológico existen síntomas y factores de riesgo muy variados, por ejemplo, el cáncer de útero puede comenzar con sangrados irregulares o abundantes después de la menopausia. Sus factores de riesgo están más vinculados a la hipertensión, diabetes y obesidad.

El cáncer de cuello uterino está relacionado directamente con una infección crónica con el Virus del Papiloma Humano (VPH), por lo especialista.

“En el caso del Cáncer de Ovario es más complicado detectarlo en etapas tempranas ya que no existen pruebas para ello. Lo más común es que las personas presenten síntomas de enfermedades gastrointestinales, náuseas, vómito o estreñimiento, esto debido a que la enfermedad ya se encuentra en el intestino grueso o delgado”.

Los diferentes tipos de cáncer se tratan con terapias muy diversas, desde sistémicas, cirugía y quimioterapia, pero la tendencia es brindar tratamientos más personalizados. Cuando una persona es diagnosticada con cáncer, se le realiza un perfil molecular a los tumores y de acuerdo a esto se le da una terapia específica.

Innovaciones fuera y dentro del quirófano

Una parte fundamental en el tratamiento contra el cáncer es la cirugía, donde se extraen del cuerpo tumores malignos, ya que la resección completa del cáncer es clave para el éxito del tratamiento. Por ello, los avances en el tratamiento contra el cáncer también han trascendido dentro del quirófano.

“Se está trabajando en los protocolos quirúrgicos para tener eficiencias más grandes y brindar más seguridad a los pacientes con cirugías robóticas, laparoscópicas, cirugías abiertas y uno de los más relevantes es la radiación dentro del quirófano, Massachusetts General Hospital es de los pocos hospitales que cuenta con la infraestructura y la capacidad para hacerlo.
Se aplica radiación directamente al órgano afectado durante la operación para evitar dar un tratamiento generalizado a todo el cuerpo del paciente. Esto aplica, por ejemplo, a pacientes que tuvieron una resección por cáncer de páncreas con un margen ajustado; se le aplica una radiación directamente al órgano antes de cerrar y terminar la operación. Nuestra búsqueda es siempre proveer tratamientos que aumenten la tasa de cura del paciente y tengan menos riesgos y efectos secundarios a largo plazo”, detalló Carmen.

LG

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