La NASA ha firmado acuerdos con tres empresas estadunidenses por valor de 416 millones de dólares para desarrollar diseños de estaciones espaciales y otros destinos privados en el espacio. Las seleccionadas son Blue Origin por 130 millones de dólares, Nanoracks LLC por 160 millones y Northrop Grumman por 125 millones.
En un comunicado, la NASA explica que su propósito es "mantener una presencia estadounidense ininterrumpida en la órbita terrestre baja mediante la transición de la Estación Espacial Internacional a otras plataformas". Los fondos adjudicados estimularán el desarrollo del sector de estaciones espaciales privadas independientes que estarán disponibles tanto para el gobierno como para los clientes del sector privado, añade.
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"Sobre la base de nuestras exitosas iniciativas para asociarnos con la industria privada para entregar carga, y ahora nuestros astronautas de la NASA, a la Estación Espacial Internacional, la NASA está una vez más liderando el camino para comercializar las actividades espaciales", dijo el administrador de la NASA Bill Nelson.
Los fondos acordados son los primeros en un enfoque de dos fases para garantizar una transición fluida de la actividad desde la Estación Espacial Internacional a estaciones privadas. Durante esta primera fase, la industria privada, en coordinación con la NASA, formulará y diseñará capacidades comerciales de destino en órbita terrestre baja adecuadas para las necesidades potenciales del gobierno y del sector privado. Se espera que la primera fase continúe hasta 2025.
Nuevas estaciones espaciales en marcha
Blue Origin y Sierra Space se han asociado para desarrollar Orbital Reef, una estación espacial operada y de propiedad comercial que se construirá en órbita terrestre baja, que comenzará a operar en la segunda mitad de esta década. Los compañeros de equipo de Orbital Reef incluyen a Boeing, Redwire Space, Genesis Engineering y la Universidad Estatal de Arizona. La arquitectura espacial centrada en el ser humano de Orbital Reef está diseñada para ser un "parque empresarial espacial de uso mixto" que proporciona la infraestructura esencial necesaria para respaldar todo tipo de actividad de vuelos espaciales tripulados en órbita terrestre baja y se puede escalar para atender nuevos mercados.
El destino comercial de órbita terrestre baja de Nanoracks, en colaboración con Voyager Space y Lockheed Martin, se llama "Starlab". Starlab está previsto para su lanzamiento en 2027 en un solo vuelo como una estación espacial comercial con tripulación continua dedicada a realizar investigaciones avanzadas, fomentar la actividad industrial comercial y garantizar la presencia y el liderazgo continuos de los Estados Unidos en la órbita terrestre baja. Starlab está diseñado para cuatro astronautas y tendrá potencia, volumen y una capacidad de carga equivalente a la de la Estación Espacial Internacional.
Starlab albergará el Parque Científico George Washington Carver con cuatro departamentos operativos principales: un laboratorio de biología, un laboratorio de habitación de plantas, un laboratorio de investigación de materiales y ciencia física, y un área de banco de trabajo abierta, para satisfacer las necesidades de los investigadores y clientes comerciales para las actividades espaciales comerciales.
El diseño de Northrop Grumman para un destino comercial modular en órbita terrestre baja se basa en décadas de experiencia en el apoyo a los programas comerciales, de defensa y de la NASA. El diseño aprovecha elementos probados en vuelo para proporcionar un módulo base para capacidades extendidas que incluyen ciencia, turismo, experimentación industrial y la construcción de infraestructura más allá del diseño inicial.
Futuro inciero para la Estación Espacial Internacional
La estación espacial más grande y de mayor funcionamiento hasta la fecha es la Estación Espacial Internacional, que es operada por la NASA y agencias asociadas de todo el mundo. Ha sido habitada continuamente por astronautas desde 2000.
Aún no se ha tomado una decisión final sobre cuándo finalizará sus operaciones la ISS. La estación, que ahora tiene 23 años, ha tenido problemas recientemente, como incendios y fugas de aire. Actualmente se están llevando a cabo conversaciones para extender la vida útil de la estación más allá de 2024.
lnb