Unos investigadores de la Universidad de Texas identificaron una nueva especie de serpiente que se encontraba en el estómago de una serpiente de coral capturada en 1972 en Chiapas, México.
Luego de atrapar y matar a la coral, los captores abrieron el estómago de ella y vieron que su última comida había sido una serpiente más chica que no reconocieron y que permaneció hasta hace poco en la colección de un museo.
Luego de 40 años, el herpetólogo Jonathan Campell estudió esta nueva especie nombrada Cenapsis aenigma y explicó a National Geographic por qué es diferente a las demás.
Campell dijo que la Cenapsis es única por tres razones: por las escamas que tiene en la parte inferior de su cola, la forma de su cráneo y el recubrimiento de su órgano sexual masculino.
El investigador mencionó que la serpiente no es grande —ya que sólo mide 25.8 centímetros— y que probablemente pasa la mayor parte de su vida bajo tierra alimentándose de presas como babosas y lombrices.
Sin embargo, tras varios intentos de capturar más serpientes de esta especie, los investigadores no han tenido suerte. Pese a ello, Campbell no cree que esté extinta, si no que sigue en algún lugar de Chiapas pero su estilo de vida es lo que la hace difícil de capturar.
RL