Entre mayo y julio de 2023, 252 personas presentaron un cuadro de fiebre luego de haber sido picadas por garrapatas en China. Los casos llegaron a un hospital centinela ubicado al noroeste del país, donde comenzaron a ser analizados por investigadores de distintas instituciones, entre ellas la Universidad de Shandong y el Laboratorio Estatal Clave de Patógenos y Bioseguridad de Beijing.
Y es que, desde hace siglos, la aparición y reparación de enfermedades de origen animal han representado una amenaza para la salud humana. De hecho, algunos virus y bacterias encuentran un vehículo de propagación en las garrapatas.
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Se tenía conocimiento de que estos ácaros eran responsables de la transmisión de al menos seis enfermedades: fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, enfermedad de Lyme, fiebre recurrente, Rickettsiosis, encefalitis y tularemia.
Sin embargo, luego de analizar las muestras de suero (parte líquida de la sangre) del grupo de pacientes con fiebre, los investigadores notaron la presencia de un virus desconocido en dos de las pruebas.
Los análisis genéticos (filogenómicos) mostraron que este virus pertenece al género orthonairovirus, que es parte de la familia Nairovirida, cuya característica principal es por provocar fiebres hemorrágicas. Dentro de la familia hay varios virus que ocasionan enfermedades bien documentadas en mamíferos y aves que se transmiten por garrapatas.
Sin embargo, a pesar de que su ‘árbol genealógico’ fue identificado, este patógeno se diferenció de sus parientes: comparte menos del 75.6% de identidad en una proteína clave (conocida como ARN polimerasa dependiente de ARN), “lo que indica una nueva especie”, como señalaron en una publicación realizada en The New England Journal of Medicine.
“Nombramos provisionalmente a la nueva especie virus Xue-Cheng (XCV) en honor al nombre nativo de la ciudad de Mudanjiang, donde fue reconocido inicialmente”, se lee en el reporte emitido el 8 de enero de este año.
Para continuar con las investigaciones, el grupo aisló el virus en un cultivo de células y confirmó su efecto dañino en ellas. Una vez obtenidos estos resultados, usaron la técnica RT-PCR y secuenciación de Sanger para detectar el Xue-Cheng (XCV) en muestras de sangre de otras 792 personas entre mayo y julio de 2022 a 2024.
Fue así como se identificaron 26 pacientes con XCV. Las personas infectadas no tenían otras infecciones transmitidas por garrapatas, salvo un paciente que también presentaba una infección por Rickettsia.
¿Cuáles síntomas se detectaron del virus Xue-Cheng?
Dentro de los hallazgos, los médicos notaron que los niveles de anticuerpos IgG aumentaron cuatro veces en al menos 15 pacientes a quienes les tomaron muestras de sangre en dos ocasiones diferentes.
Además, en las 26 personas que estuvieron bajo vigilancia se presentaron diferentes manifestaciones clínicas: que iban desde enfermedades febriles agudas inespecíficas hasta enfermedades graves, que resultaron en ingreso hospitalario.
Los análisis de laboratorio mostraron con frecuencia leucopenia (bajos niveles de glóbulos blancos) y niveles elevados de varias enzimas hepáticas y proteínas inflamatorias. Sin embargo aún se desconocen mayores detalles sobre el patógeno y sus efectos en el cuerpo, así como su tasa de letalidad.
Raúl Rivas Gonzalez, miembro de la Sociedad Española de Microbiología, aseguró en The Conversation que la creciente carga de infecciones por Orthonairovirus transmitidos por garrapatas “se está convirtiendo en una preocupación mundial para la salud pública”.
¿Todas las garrapatas lo pueden transmitir?
Hasta ahora, el nuevo virus se ha detectado solo en dos especies de garrapatas: la Haemaphysalis concinna y la Haemaphysalis japonica, mismas que habitan en la región en donde se habían identificado pacientes infectados.
En total, cuatro genomas del XCV de garrapatas se agruparon con dos genomas del virus que afecta a los humanos.
“Estos datos sugieren que una especie emergente de ortonairovirus transmitido por garrapatas es causa de enfermedad febril”, concluyen los especialistas.
La Haemaphysalis concinna es conocida por ser portadora de al menos 40 patógenos capaces de afectar a las personas. Se distribuye en 34 países de Europa y Asia: China, Rusia y Europa central son el territorio principal de este vector.
Un estudio reciente publicado en la revista Parasites & Vectors, concluyó que la garrapata podría extenderse a regiones a las que nunca ha estado, como lo son el norte, centro y sur de América, el sudeste de Oceanía y África meridional.
“Las autoridades, los profesionales de la salud y toda la comunidad deben abordar la creciente amenaza de H. concinna y los patógenos asociados. Se debe mejorar el monitoreo y control de garrapatas, la identificación de patógenos, las herramientas de diagnóstico y la investigación continúa”, señala el artículo.
Por otro lado, la Haemaphysalis japonica, mejor conocida como la garrapata asiática de cuernos largos, es nativa de Japón, China, Corea del Sur, Corea del Norte y el oriente de Rusia. Sin embargo, desde principios del siglo XX, la especie se extendió a Australia y Nueva Zelanda a través del comercio de ganado con Japón. Hasta ahora, también se le ha detectado en Nueva Caledonia, Fiji y otras islas del Pacífico así como en Estados Unidos.
LHM