En México alrededor del 45 por ciento de las mujeres no alcanzan un orgasmo durante las relaciones sexuales de pareja por razones diversas, como desequilibrio hormonal, factores estresantes, menopausia y resequedad vaginal, infecciones frecuentes, diabetes e hipertensión, por lo que se desarrolló un “neochip”, es decir, una terapia de reemplazo hormonal que mejora el líbido, es decir, la respuesta sexual.
Violeta Sánchez Carrillo, ginecóloga y obstetra explicó que se implanta en la zona grasa del cuerpo, puede ser en el glúteo u en el abdomen y, durante un periodo aproximado de seis meses, va a liberar de manera prolongada hormonas bioidénticas, es decir, dosis personalizadas de estrógenos, progesterona, testosterona o dehidroepiandrosterona que reducen la irritabilidad durante la penetración al tiempo que incrementan la energía y el apetito sexual.
La especialista detalló que existen diferentes tipos de orgasmos y no siempre, en todos los encuentros, la mujer alcanza la satisfacción, por ello, es precisó que este tipo de tecnología se aplique a mujeres de 35 años en delante de acuerdo con su historial, estilo de vida, patologías, número de embarazos, factores emocionales.
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Se sabe que la mujer llegó al orgasmo, dijo, cuando logró un punto de satisfacción y de clímax sostenido; un estado de placer en el que hay contracciones involuntarias pélvica, de la vagina, de la zona perineal (tejido blando que cubre los músculos y ligamentos del piso pélvico), incluso anal, además de generar modificaciones en los estados de conciencia, así como una súbita sensación de liberación de tensión y de relajación.
“Claro, un orgasmo varía de una mujer a otra. Habrá mujeres en las que el orgasmo no se dé tan evidente y quizás no perciban esas contracciones musculares, puede presentarse, quizás, en un estado más leve”, detalló la especialista en entrevista con Milenio.
“Se estima que de diez relaciones puede que en tres o cuatro no se alcance el orgasmo femenino”, comentó Sánchez Carrillo tras referir que aunque hay muchos factores para alcanzar el placer sexual, como la masturbación, la estimulación del clítoris, asimismo la estimulación previa de la pareja, no siempre se logra alcanzar el orgasmo, lo que deriva en frustración.
La mujer, aseveró, debe de conocer bien su cuerpo en lugar de culpar a la pareja a la cual debe de instruir sobre sus zonas erógenas, “estímulo en los pezones, en el cuello, orejas, pueden propiciar un placer muy alto”.
El neochip, aseveró, así como el estímulo bioregenerativo con láser, se desarrollaron para mejorar los resultados entre mujeres con problemas de lubricación y dolor, con escape urinario, reducción en la sensibilidad genital por diabetes, hipertensión, menopausia, entre otras problemática, lo importante es que a diferencia de las terapias orales no causan efectos secundarios, males hepáticos.
“La otra terapia es el láser vaginal conocido como Monalisa Touch: Se manda un disparo a la zona vaginal, a la vulva, para propiciar su rejuvenecimiento y, al hacerlo, recuperar las funciones que tenía (antes de la menopausia y postparto) produciendo colágeno, elastina, su mucosidad como en la etapa fértil”, aseveró.
Son tres sesiones, cada cuatro o seis semanas. Cuando se termina ese periodo se sugiere una última sesión de mantenimiento.
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El tratamiento se basa en disparos con láser para mejorar el grosor de la vagina, su hidratación, además el epitelio se vuelve más espeso, el tejido vuelve a tener tonicidad y elasticidad, en otras palabras, rejuvenece y disminuye la resequedad vaginal, las infecciones, el dolor, ardor, la fibrosis.
“Hacemos una colonscopia y colocamos unos espejos; reviso el cuello de su matriz, me aseguro que no haya lesión reciente. Se efectúan estudios de papanicolau y hasta tener los resultados aplicamos una crema anestésica en la zona de los genitales externos, lo que es la vulva. Si la paciente no quiere que trabajemos en labios, utilizamos una sonda, una cánula que parecido a un dildo metálico que va conectado a un láser, entonces sin que la paciente tenga ningún síntoma se da un disparo, calculando parámetros establecidos para cada caso.
“Si la paciente tiene 60 años, su mucosa es más delgadita, entonces tengo que ocupar un parámetro adecuado para el tratamiento, por lo regular, cada disparo dura segundos, y después se trabaja con la zona externa, mejorando los labios vaginales, y disminuyendo los dolores, esas cortaditas que duelen cuando comienza la penetración.
“Ahí damos otros disparos para que se regenere esa parte, cuando se termina este procedimiento, la paciente se levanta, se pone su ropa y en algunos casos aplicamos algunas cremas para disminuir inflamación, para que la paciente este más cómoda; regresa a su domicilio. se le pide que esa semana no tenga relaciones sexuales y que evite meterse a albercas para prevenir cualquier infección”, acotó.
Los resultados es que todas las “pacientes tendrán una vida sexual con mejor calidad”, mencionó Sánchez Carrillo, ginecóloga y obstetra.
“El otro aparato es la radiofrecuencia que estimula las fibras de la vagina y que ayuda a tener una tensión mayor, un sostén mejor de la vejiga, de retención urinaria. Al mejorar esa sensación de tensión pélvica, habrá placer.
“Si estimulamos la generación de colágeno, de las células vaginales y a parte le doy mayor tensión a esa zona con radiofrecuencia, la relación sexual será más satisfactoria y se podrá tener orgasmos de forma más frecuente”, dijo.
Cada mujer requiere de una valoración ya que hay algunas contraindicaciones, como asegurase que no tenga herpes activo, no estar embarazada, que tenga alguna lesión pre-cancerosa o con cáncer cérvico-uterino.
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MITO DE LAS MUJERES FRÍGIDAS
¿Este tratamiento rompe con el mito de que no hay mujer frígida?
El tratamiento es para cualquier mujer que tenga un problema o no tenga un problema. Nosotros tenemos desde chicas que, probablemente, sufrieron de agresión sexual, lo que crea un estado post-traumático y que le impide poder disfrutar de una relación sexual, Claro, a la paciente se le maneja de manera multidisciplinaria.
Hay pacientes que tenían una vida sexual plena, pero con el paso del tiempo, la rutina los embarazos, o algunas enfermedades, han perdido el disfrute. Todo depende de la evaluación. No es lo mismo tratar a una paciente de 20 años que apenas inicia su vida sexual, a una que ha tenido embarazos, o pasaron por tratamientos de cáncer y fueron radiadas, sometidas a cirugía mayor. Son pacientes que quieren recuperar su vida sexual y se les acaban las opciones y empiezan a buscar terapias alternativas.
¿Se acabó la frigidez?
La frigidez es la ausencia o nulo deseo sexual. No existe la inquietud de tener actividad sexual dentro de su vida.
Yo no podría decir que se acabó la frigidez. Influyen cuestiones culturales, sociales, emocionales, psicológicas que pueden modificar la satisfacción sexual. Estas son alternativas para ayudar a llevar una vida sexual femenina completa.
evt