Luego de sufrir de hemorragia en la nariz que no se detenía por padecer leucemia linfoblástica aguda (cáncer de la médula ósea) desde los cuatro años, Dani logró agitar con fuerza y emoción la campana de término de las quimioterapias, instalada afuera del consultorio de Oncología del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI.
Dani presentó a su corta edad una enfermedad que le causó diversas complicaciones como neumonías, baja de glóbulos blancos e incluso una encefalitis viral que lo llevó a sufrir epilepsias.
Lisseth Benítez, madre del menor, relató que la familia no podía aceptar la posibilidad de que el pequeño Dani tuviera cáncer, incluso, pensaban que podía ser un problema de alimentación, la falta de alguna vitamina o mineral, pero cuando se confirma el diagnóstico de cáncer su vida cambió por completo.
Roberto Díaz, padre del paciente, afirmó que pasaron tres años difíciles e incluso en las últimas semanas cuando su hijo tuvo que ingresar a terapia intensiva. “Hoy tocamos la campana de la vida, la campana de la segunda oportunidad que nos dice que él puede continuar con su vida de ahora en adelante”, enfatizó.
Un triunfo no solo de su hijo, sino también de quienes lo acompañaron en el camino, médicos, enfermeras, residentes, directivos y amigos. “Estamos celebrando, no va a haber caras largas y muchas gracias, Dani por ser un niño muy valiente, te amamos mucho y estamos muy felices de que por fin haya acabado todo esto”.
Donovan, hermano mayor, dijo que la enfermedad de Dani fue difícil porque no podían jugar o hacer las mismas cosas, durante los tratamientos lo motivaba para que superara la enfermedad; hoy se siente feliz porque su hermano estará en casa y ya no se tendrán que separar, además de poderlo ver cumplir sus sueños “quiere ser bombero, a veces chef y también Youtubero”.
La doctora Gutiérrez Rivera, encargada de la Clínica de Leucemias y Trasplante de Oncología del Hospital de Pediatría del CMN Siglo XXI, destacó que desde la llegada del menor se realizó un diagnóstico integral de su estado de salud, que incluyó aspirado de médula ósea y el inicio de protocolo de quimioterapia hasta lograr un resultado positivo.
“Como médicos agradecemos a los padres la confianza en momentos difíciles, los tratamientos son complicados. Se debe contar con nuestros pacientes y la familia para que trabajen de la mano con nosotros, sigan nuestras indicaciones con fe, esperanza y disciplina, es la base para salir adelante”, enfatizó.
“En la actualidad es un programa muy fuerte que nos permite a los médicos que atendemos a pacientes con leucemia tener todos los medicamentos necesarios para aplicar correctamente el protocolo; afortunadamente podemos decir que contamos con los recursos para poder llevar a cabo estos procesos oncológicos”, puntualizó.
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