"No lo puedo pagar”, dice Lety, una de las pacientes del Centro Oncológico del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (Issemym), quien además de luchar contra el cáncer por segunda vez, debe enfrentarse a los largos episodios de desbasto de medicamentos que enfrenta la institución, que sin duda afecta particularmente a los pacientes como ella.
En octubre del año pasado, nuevamente comenzó su lucha contra esta enfermedad; sin embargo, con el transcurrir de los meses la pregunta que la agobia es ¿tendrán ese medicamento? El desabasto de medicamentos se ha generalizado en la institución, pues sus derechohabientes aseguran que no hay ni lo básico, refieren que ni paracetamol ni diclofenaco y que de los famosos “vales” ni hablar.
Muchas veces los propios pacientes y sus familias adquieren los medicamentos en farmacias privadas, absorbiendo estos gastos a pesar de que cada quincena su recibo de nómina marca el descuento respectivo por cuotas al Issemym.
Enfermedades avanzan pero ¿qué pasa cuando estos medicamentos no se pueden comprar? pues se vive en una angustia constante, señala Lety.
“El problema concreto con las personas que tenemos cáncer es que avanza muy rápidamente, dependiendo del tipo de cáncer que tengamos, algunos son más agresivos que otros, y ante la falta de medicamentos es muy fácil que hagan metástasis o que surja otro tipo de cáncer en la misma persona”.
Con un tono de preocupación, mezclado con tristeza, asegura que “ya es recurrente este tema”, pues en las eternas esperas para recibir una quimioterapia los pacientes comparten sus experiencias, y muchas tratan del desabasto.
“Me recetaron ocho quimioterapias, en esa primera y segunda quimio tuve que comprar medicamentos que costaban más de 7 mil pesos, en ese momento (…) no encontraba los medicamentos porque no había en la farmacia. El médico me dijo que sí era necesario aplicármelos porque era parte de todo el tratamiento, entonces necesitaba comprarlos.
“Es recurrente esto porque cuando va uno le entregan uno o dos medicamentos, bueno eso ya es en las quimios, a veces he tenido que esperar hasta cuatro horas porque no ha llegado el medicamento o me dicen que me vaya y luego ya nos llaman para avisarnos que ya está”.
“No lo puedo pagar”
Cuando no son caros, señala, los propios pacientes optan por comprarlos con mucho esfuerzo y a veces sumando a una deuda; pero hay otros casos más complejos en los que los medicamentos prácticamente son inalcanzables, ahí no hay más que esperar.
“El problema es que los efectos secundarios posteriores a las quimioterapias son muy fuertes y muy devastadores para uno, hay medicamentos que ayudan a contrarrestarlos y fortalecer el sistema inmune y esos los compra uno o aguanta todos los efectos secundarios que son horrorosos”.
En el caso de Lety, el último medicamento que no encontró en el Issemym es la Trastuzumab, una solución que tiene un costo en el mercado de 49 mil 400 pesos, una cantidad imposible de costear en medio de esta enfermedad.
Esta situación se agrava cuando los pacientes vienen de otras regiones de la entidad como Tejupilco, Valle de Bravo, Tlalnepantla, Naucalpan, entre otros municipios, ya que en muchas ocasiones deben cubrir gastos de traslados y alimentos “para que les digan que no hubo medicamentos”.
La dependencia dice que el problema no es exclusivo de la institución, sino que es un tema generalizado; asegura que obedece a una problemática que depende directamente de los laboratorios y empresas encargadas de su producción, que también afecta a otras instituciones del sector e incluso a las empresas hospitalarias privadas.
KVS