Pide justicia tras ser defraudada por clínica de fertilidad en Tizayuca

Después de nueve años de denunciar esta situación, Marla aún no tiene respuesta

Clínica Materno Infantil Hermon, en Tizayuca, señalada de negligencia médica. (Cortesía)
Elizabeth Hernández
Pachuca /

Hace nueve años Marla Estéfani Alfaro Hernández supo que quería ser madre, así que tras el ánimo de sus amigas y de su mamá, decidió ir a la Clínica Materno Infantil Hermon, en Tizayuca, donde expuso que, a pesar de los intentos, no podía quedar embarazada.

Ahí comenzó su calvario, por lo que a casi una década, sigue pidiendo justicia por su caso, ya que gracias a la negligencia médica de este centro, que aún se anuncia en internet, Marla quedó imposibilitada para ser madre de por vida.


“Tenía más de cinco años que estaba intentando ser madre y cuando fui a la clínica, la doctora Marina Urbano Córdoba me dijo que tenía que hacerme unos estudios para ver mi caso, ya que tenía obstrucción en mis trompas e inflamación pélvica, como secuelas del dispositivo”.

“Es así como me operó para destapar mis trompas y que no gastara en medicamento ni tratamientos, porque es costoso, así que le creí, oramos porque todo saliera bien, porque ella es cristiana y me cobró 14 mil pesos”, platica Marla.

Consiguió el dinero, se hizo los estudios y se sometió a la cirugía, “me sentí feliz al saber que pronto iba poder quedar embarazada”, así que después de la operación, le recomendó continuar con sus labores cotidianas, por lo que regresó al trabajo.

“Ya me había quitado los puntos, pero días después de la operación me empiezo a sentir mal, era de madrugada, era constante y recuerdo haberle dicho a mi mamá que tenía un gran dolor, así que le marcamos a la doctora para saber qué pasaba y ella contestó que cambiara mi dieta, ‘yo ya operé, a mí no me interesa’”, y colgó.

“En la mañana me dirigí a otro médico, aún con dolores y me realizó un ultrasonido vaginal y vi una gran bola, pero me cobraba 12 mil pesos por volverme a abrir y me dio un medicamento para calmar el dolor, aunque el efecto me duró solo dos horas, por lo que me fui a la Clínica 33, de Tizayuca y me ayudaron para darme la cita en el Hospital General de Pachuca”, recuerda.

Al día siguiente, después de que la operaran, le informaron que habían tenido que extraer la trompa y el ovario, que ya tenía una medida de más de 14 centímetros por un hematoma, mientras que la otra trompa, estaba destruida.

“Me puse a llorar, porque supe que no iba a poder tener bebés, fui a ese lugar para poder hacer ese sueño realidad y me destruyeron y jamás me volvieron a recibir; me deprimí y después de seis meses de salir de este trance, me decidí a ir al Ministerio Público para levantar la denuncia, no he tenido respuesta hasta el momento, las audiencias son largas, la doctora no se presenta, y sólo pido que me paguen mi tratamiento, pido justicia aunque sé que perderé el caso, pero sólo quiero justicia, porque ya no puedo tener bebés”, expresa Marla, mientras rompe en llanto.

El abogado de Marla, quien prefirió el anonimato de su nombre, señaló que este caso de negligencia ha sido ignorado por las autoridades correspondientes.

“En este caso se está llevando a un sistema tradicional porque se presentó la denuncia en 2010 ante el Ministerio Público y en 2012 se judicializó con un juez; en 2015 hubo una sentencia a favor de Marla, condenando a la doctora al pago de una indemnización por los daños causados y por la mala praxis realizada, y el proceso es por el delito en el ejercicio de una profesión por parte de una doctora que dio atención a Marla por un tema de salud reproductiva”.

“Se pasaron muchos protocolos médicos que tuvieron que haberse atendido antes de una cirugía”, explicó el abogado.

Por su parte, el abogado de la doctora promovió un amparo, porque ambas partes presentaron peritajes y, el de Marla, fue realizado por la Comisión Estatal de Arbitraje Médico, que está completo, mientras que el de la doctora que hizo la intervención, “es más escueto y le dieron la razón”.

Es por ello que el juez mandó a hacer una junta de peritos para que se analicen estas discrepancias para que haya un acuerdo, pero se requiere de un perito tercero, que analizará el expediente para emitir su dictamen.

“Se designa al doctor Roberto Iván Romero Sosa, quien trabaja en el Hospital Obstétrico de Pachuca, pero llevamos cerca de cuatro meses y solo ha ido en ocasión, revisó el expediente, hizo un análisis escueto y tras solicitar el juez el reporte de histopatología para dar dictamen, lo cual fue solicitado al Hospital General y éste responde que después de cinco años ya no tienen los documentos”, expone.

Durante este proceso, Marla ha presentado toda la documentación y están esperando que el perito haga un expediente profesional y con ello que el juez dictamine una sentencia final y termine el calvario de Marla.

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