Una de las frutas favoritas por todos es la mandarina, sin embargo, mientras más nos acercamos a la primavera puede que dejes de verla y te contaremos por qué.
Comúnmente, en la temporada de otoño es cuándo se empieza a consumir mandarina en grandes cantidades, pues es buena fuente de vitamina C que protege de los resfriados.
Además de que tiene toda una historia interesante en México y te explicaremos por qué dejarás de verla conforme pasen los días de marzo hasta el siguiente abril.
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¿Cuándo es la temporada de mandarinas?
La temporada de mandarinas en México es otra razón para amar esta fruta. Generalmente, la temporada comienza en octubre y se extiende hasta marzo, lo que significa que podemos disfrutar de mandarinas frescas y deliciosas durante los meses de invierno.
Es por ello que desde diciembre hasta este marzo podrás disfrutarla, sin embargo, conforme los días vayan pasando, la fruta puede escasear ya que su producción dejará de realizarse y su temporada anual habrá sido consumada.
¿Cuáles son las propiedades de la mandarina?
- Producción de sinefrina que frena la producción de colesterol en el cuerpo.
- Baja el nivel de insulina, por lo que el azúcar no se almacena ni convierte en grasas, se transforma en energía que lleva a la pérdida de peso.
- Las mandarinas tienen propiedades antimicrobianas.
- La mandarina puede ayudar en algunos casos de dermatitis.
- El aceite de mandarina es útil en el crecimiento de nuevas células y tejidos. Esto ayuda en la curación de las heridas más rápido.
¿Cuáles son las frutas de primavera?
- Aguacate
- Fresa,
- Pomelo,
- Albaricoque,
- Sandía,
- Melón,
- Níspero,
- Ciruela,
- Melocotón,
- Kiwi.
¿Por qué se deben consumir frutas de temporada?
Las frutas cultivadas dentro de su ciclo natural de nacimiento y desarrollo, al no ser forzadas, conservan todas sus propiedades nutricionales y organolépticas para ofrecer una experiencia gustativa óptima puede generar más apetencia.
Si consumimos fruta de temporada estimulamos la producción local, los agricultores nacionales tienen más trabajo, se comen alimentos de mayor calidad y el precio disminuye respecto a los productos importados que implican una cadena de comercialización.
El medio ambiente también se beneficia. Como señalamos en el punto anterior, al ser productos de proximidad hay menos gasto de combustible, pero además, se emplean menos conservantes, agua y energía. Todos ganamos cuando los cultivos son ecológicos y sostenibles.