El agua, ese recurso fundamental para la vida en nuestro planeta, se distribuye de manera desigual y su acceso condicionado, se convierte en una situación cada vez más preocupante, ya que según datos proporcionados por Aqua Foundation, apenas el 0.007% del agua en la Tierra es potable, una cifra que disminuye año tras año debido a la contaminación y otros factores.
La relevancia del líquido vital trasciende lo meramente físico para convertirse en un símbolo de vida, pureza y renovación. No obstante, en la actualidad, nos enfrentamos a una crisis hídrica a nivel global, poniendo en peligro no solo nuestra salud y bienestar, sino también la estabilidad económica y ambiental.
En ese sentido, la salud humana, la alta de ella aumenta el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, tales como la diarrea, provocada por bacterias como Escherichia coli y Salmonella; el cólera, causado por Vibrio cholerae; la fiebre tifoidea, originada por Salmonella typhi; la hepatitis A, transmitida por el virus homónimo a través del agua o alimentos contaminados; y la giardiasis, causada por el parásito Giardia lamblia; afectando especialmente a comunidades vulnerables en todo el mundo.
Para abordar esta necesidad, en el caso del territorio nacional, existen entidades encargadas de proporcionar servicios de agua potable y saneamiento a las poblaciones urbanas.
En el territorio nacional, el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX) se encarga de garantizar el suministro adecuado de agua de calidad, promoviendo el uso eficiente de la infraestructura existente y fomentando una cultura de consumo responsable del recurso.
Además de su impacto en la salud, el agua es un recurso vital para la economía global. Desde la agricultura hasta la industria, su papel es indispensable para la producción de alimentos y bienes. Según el Banco Mundial, la agricultura de regadío representa el 20 % del total de la superficie cultivada y aporta el 40 % de la producción total de alimentos en todo el mundo.
Y en el caso del uso del agua en la industria, aproximadamente el 80 % del agua industrial corresponde a esta aplicación, siendo las centrales térmicas y nucleares las instalaciones que más agua necesitan, según cifras recabadas por IAgua, proyecto web especializado en la información sobre el sector del agua.
Sin embargo, este uso intensivo del agua en la agricultura e industria puede resultar en la sobreexplotación de recursos hídricos, conduciendo a la escasez de agua en ciertas regiones y provocando la contaminación del agua debido a la descarga de productos químicos y residuos industriales.
Esta situación no solo afecta la disponibilidad de agua para el consumo humano, la agricultura y la vida silvestre, sino que también tiene impactos negativos en los ecosistemas acuáticos, alterando los flujos de agua y reduciendo la biodiversidad. Por tanto, es fundamental que las empresas y agricultores adopten prácticas sostenibles de gestión del agua para mitigar estos efectos y asegurar la disponibilidad de este recurso vital a largo plazo.
Culturalmente, el agua sigue siendo motivo de celebración y reverencia en todo el mundo. Desde antiguos rituales de purificación hasta festivales contemporáneos, su presencia inspira arte, poesía y espiritualidad.
Por ejemplo, en México, el temazcal, un baño de vapor prehispánico utilizado para la purificación física y espiritual. En las comunidades mayas, el agua se utiliza en ceremonias de bendición de semillas antes de la siembra, como parte del proceso para garantizar una buena cosecha. Además, de limpiezas espirituales que involucran el uso de agua, hierbas y otros elementos naturales para purificar el cuerpo y el espíritu.
Sin embargo, esta dependencia del agua en diferentes ámbitos de nuestra vida podría verse amenazada debido a la escasez que estamos experimentando actualmente o a su contaminación, lo que podría acarrear consecuencias devastadoras a nivel global, como conflictos y desplazamientos de población en algunas partes del mundo, mientras que la contaminación del agua está afectando la salud humana y la biodiversidad de los ecosistemas acuáticos.
ksh