A todos nos ha pasado: conocemos a "alguien especial" y es como si nos subieran a la montaña rusa: emociones, 'mariposas' en el estómago, desvelos, ansias por volver a ver a esa persona, pensamientos obsesivos, fantasías amorosas —y de otros tipos—; pero, bien a bien, ¿por qué nos enamoramos? ¿Existe una explicación de la ciencia o la psicología para el fenómeno del amor?
La respuesta es compleja, pero aquí te compartimos algunos aspectos sobre el enamoramiento a la luz de la ciencia.
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En primer lugar, ¿qué función tiene el enamoramiento desde el punto de vista de la biología y la evolución? Existe una teoría que afirma que, como los humanos recién nacidos son sumamente frágiles y requieren muchos cuidados para sobrevivir, la naturaleza dio con un mecanismo para que sus padres —en este caso, el macho y la hembra humanos— permanezcan unidos y se ayuden en la crianza del 'cachorro humano'.
Ese mecanismo es el enamoramiento: un vínculo afectivo intenso que impulsa a una pareja a permanecer junta mientras los bebés crecen lo suficiente para sobrevivir —lo cual es esencial para la supervivencia de la especie. Esa sería una primera respuesta de por qué nos enamoramos.
Por otro lado, cuando conocemos a "esa persona especial" y sentimos atracción por él o ella, suceden muchas cosas en nuestro cerebro que, todas juntas, definen las sensaciones y emociones que identificamos como "enamorarse".
Helen Fisher, de la Universidad Rurgers, establece tres fases del amor: deseo, atracción y compromiso. Estas fases están deteminadas por una serie de sustancias que actúan en nuestro cebrero.
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En la primera fase, el deseo está regido por dos hormonas: la testosterona, en el caso de los hombres, y la progesterona para las mujeres. Estas son responsables del impulso sexual en general, el cual es el responsable del deseo de encontrar un compañero… para aparearnos con él o ella. O, al menos, eso dice la biología.
En la segunda fase, la de la atracción o enamoramiento, cuando uno "ha sido flechado por Cupido" y no puede pensar en otra cosa que en el ser amado, son tres neurotrasmisores los que entran en acción:
- Adrenalina: se activa una respuesta similar a la del estrés, y por ello en la sangre aumentan los niveles de adrenalina y cortisol; por eso cuando te encuentras con 'esa persona' tu corazón empieza a palpitar más rápido, sudas y se te reseca la boca.
- Dopamina: Este neurotransmisor, que se halla presente en el cerebro de los enamorados, estimula los mecanismos de 'deseo y recompensa' generando una sensación intensa de placer. Según Fisher, en el cerebro se produce una reacción similar a la de alguien que inhala cocaína: euforia, energía, reducción del apetito y el sueño, y la atención enfocada en un solo objetivo: el ser amado.
- Serotonina: ¿Te has preguntado por qué no puedes dejar de pensar en tu amado o amada? Pues la serotonina es la causante de la 'obsesión del amor': según estudios, la cantidad de serotonina en los cerebros de los enamorados es semejante al de las personas con trastorno obsesivo-compulsivo.
Finalmente, en la fase de compromiso entra en acción la oxitocina, una hormona que se libera cuando hombres y mujeres experimentan un orgasmo. Esta hormona fortalece los sentimientos de vínculo entre dos personas cada vez que tienen relaciones sexuales, y por eso se le conoce como "la hormona de la feidelidad".
Y al final de la lista está otra hormona: la vasopresina, la cual nos impulsa a tener relaciones sexuales sin fines de reproducción y permite la formación de parejas a largo plazo. En pruebas con animales, la vasopresina impulsa al macho a proteger a la hembra y a evitar que otros 'pretendientes' se le acerquen.
En otro renglón completamente aparte, estarían las razones psicológicas que nos impulsan a enamorarnos: compartir biografías similares, proyección de la imagen del padre del sexo opuesto en la pareja, y la búsqueda de aprobación y cariño —especialmente cuando no los obtuvimos de nuestros padres—, entre otras muchas y muy complejas.
Pero eso ya es otra historia. Y tú, ¿sabes por qué te enamoraste?
FM