Así afecta a la salud pública la prohibición de vapeo y el mercado negro de tabaco en México

Pese a que en países de primer mundo se consideran los utensilios alternativos al tabaco como una vía para dejar de fumar y reducir el daño en el cuerpo, México prohíbe su uso e importación.

Autoridades de diversos países consideran que el ‘vapeo’ engancha a los menores en esta práctica. (Adnan Abidi/Reuters)
Alejandra Zárate
Ciudad de México /

Fumar siempre será dañino para la salud; sin embargo, las alternativas para reducir el consumo o dejar el tabaco, disminuyen las afectaciones en el cuerpo. De acuerdo con estudios hechos en Inglaterra, los artefactos alternativos reducen hasta un 95 por ciento el daño pulmonar y pese a que en países primermundistas se reconoce su uso como una opción de menor riesgo, en México está prohibida la importación de estos utensilios, lo que orilla al consumidor al mercado negro y repercute en la salud pública.

Aproximadamente 15 millones de mexicanos son fumadores y un millón más utiliza alternativas al cigarro convencional; más del 70 por ciento de fumadores mayores de edad no conocen estas opciones, ni saben de su existencia. Y aunque es bien sabido que el tabaquismo es causa de muerte y otras enfermedades respiratorias, así como cáncer, una gran mayoría no sabe qué es exactamente lo que le hace daño cuando fuma.

Al encender un cigarrillo, la combustión que generamos hace que se liberen químicos y toxinas, como alquitrán y monóxido de carbono, entre otros. Evitar la combustión aminora el daño, asegura Public Health England (Salud Pública de Inglaterra). Por ello, los IQOS y vaporizadores no sólo son una vía para dejar gradualmente el tabaquismo, también son una opción viable para reducir las probabilidades de padecer EPOC y cáncer, entre otros.

Regulación en otros países

Nueva Zelanda es de los primeros países con legislación encaminada al tema de las alternativas para dejar de fumar, el Parlamento de Nueva Zelanda aprobó el año pasado la ley en materia de regulación de productos de vapeo. Según la ministra adjunta de Salud, Jenny Salesa, "el proyecto de ley logra un equilibrio entre ayudar a los fumadores a dejarlo al ofrecer vapeo regulado como alternativa, al tiempo que desalienta a los niños y jóvenes a que lo utilicen".

El Proyecto de Ley de Enmienda de Vapeo de Productos Regulados y Ambientes Libres de Humo, entró en vigencia en noviembre del 2020. Si bien el vapeo no está exento de riesgos, la ministra reconoció que es un 95 por ciento menos dañino que fumar cigarrillos, “algo que muchos expertos australianos se niegan a aceptar, a pesar de la sólida ciencia que respalda esa evaluación”, destacó. En este mismo camino se encuentran Estados Unidos, Japón y Reino Unido.

Por su parte, la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos), autorizó la comercialización del "Sistema de calentamiento de tabaco IQOS" de Philip Morris Products S.A. como productos de tabaco de riesgo modificado (MRTP), entendiéndose como modificado, una reducción en la producción sustancias que generan daño al consumidor (como las mencionadas anteriormente), o bien una baja exposición a las mismas.

“A través de este proceso, la FDA tiene como objetivo garantizar que la información dirigida a los consumidores sobre el riesgo reducido o la exposición reducida por el uso de un producto de tabaco esté respaldada por evidencia científica y sea comprensible", dijo Mitch Zeller, JD, director de la FDA. Centro de Productos del Tabaco.

Los datos presentados por la empresa muestran que la comercialización de estos productos en particular con la información autorizada, podría ayudar a los fumadores adultos adictos a dejar los cigarrillos quemados y reducir su exposición a sustancias químicas nocivas, pero sólo si se cambian por completo, puntualizó. A pesar de su regulación, “estos productos no son seguros, por lo que las personas, especialmente los jóvenes que actualmente no consumen productos de tabaco, no deben empezar a consumirlos ni a ningún otro producto derivado”, añadió.

A partir de estos argumentos, en México diversas asociaciones civiles y grupos independientes de consumidores, rechazan el decreto emitido el año pasado y buscan una legislación que en vez de prohibir su importación y distribución, aporte a los consumidores información oportuna que les apoye en su objetivo de reducir el riesgo o dejar por completo el tabaco.

“Que los fumadores y sus seres queridos puedan tener la información necesaria para tomar una decisión responsable. Pueden dejar de fumar, pero no saben cómo. Y para eso se necesita explicarles cómo sirven las alternativas y qué beneficios les pueden aportar”, suscribe la organización Provapeo.

Cabe aclarar que en nuestro país los artefactos de calentamiento de tabaco, IQOS, no están prohibidos, pero los vaporizadores, sí.

Otros rubros que se desbordan en materia de regulación

Uno de los argumentos con los que apela la Secretaría de Salud para la prohibición, es el riesgo que corren los consumidores de vaporizadores con la “poca información” que se tiene al respecto. Si bien la organización Provapeo reconoce la labor que llevan a cabo las autoridades del país en su ejercicio de responsabilidad por la salud pública, sugiere que el mercado negro también es otra vía que afecta a los fumadores.

Tras la actualización que el gobierno realizó en el Impuesto Sobre Producción (IEPS) para los cigarros, el año pasado, que implicó un aumento del 42 por ciento por cigarrillo; el sector tabacalero prevé un incremento en el mercado ilícito de cigarrillos en el país, lo cual, advierte Provapeo, repercute tanto en el pago de impuestos como en la salud pública.

Dado que los impuestos al producto de tabaco son muy importantes en efecto de combatir la pandemia, ya que representan un ingreso importante al sector salud que el año pasado superó los 42 miles de millones de pesos, en México se necesitan todos los fondos posibles para enfrentarla, por lo que, “las autoridades deben ser reconocidas ante la labor que realizan para que los productos ilícitos no lleguen a manos del consumidor y se cumpla con estricto apego a la ley”, destacan.

Las grandes compañías tabacaleras generalmente son vigiladas bajo un régimen mucho más estricto, tanto en impuestos como en calidad de sus productos; no obstante, es necesario reforzar el control que se aplica para empresas medianas y a los importadores para que todos los actores del sector contribuyan de la misma manera en aranceles y en los contenidos de sus productos, atañe la organización.

De acuerdo a la alerta sanitaria emitida por Cofepris, en junio de 2018, existen más de 250 marcas ilegales en México provenientes de China, India, Vietnam, Emiratos Árabes y Paraguay, lo cual implica una proliferación del mercado de cigarros ilegales, aumentando así, el riesgo a la salud pública y la evasión de impuestos.

En días pasados MILENIO informó que elementos de la Guardia Nacional incautaron alrededor de 220 mil cigarros ilegales. Mientras que en febrero y a principios de abril, las autoridades confiscaron 400 mil y más de un millón de cigarrillos irregulares con destino a México, respectivamente. Zacatecas es uno de los estados en que más decomisos se han reportado en lo que va del año.

Según un estudio realizado por las autoridades de Salud en 2019, nueve de cada 100 cajetillas de cigarrillos consumidas en México son de procedencia ilícita, lo que representa un 8.8 por ciento, o cerca de 3 mil millones de cigarros que se consumen anualmente, siendo León y Durango los estados en donde más se realiza esta práctica.

“Los cigarros ilegales no sólo presentan una reducción a la recaudación de los impuestos, si no que financian a organizaciones criminales, socavando a la gobernanza y favoreciendo la corrupción. Por otra parte, al no existir regulación alguna en las sustancias que contienen dichos productos, aumenta el riesgo a la salud de la población”, aseveran.

Los usuarios de IQOS y vaporizadores buscan disminuir el impacto que genera el tabaco en sí mismos y a terceros, uno de ellos es Josué Contreras, un fumador activo de 29 años. En entrevista para MILENIO, destacó que descubrió los beneficios de este artefacto luego de utilizarlo para no oler mal.

“Yo no empecé a consumirlo para dejar de fumar, ni para aminorar el daño, sino por la cuestión del humo, no hay humo como tal y no generamos fumadores pasivos, pero a consecuencia de ello, fumo menos”, dijo.
“Desconozco la razón o el motivo por el cual los vapeadores y ese tipo de dispositivos sean ilegales, al final el tabaco es dañino y es legal, entonces se me hace un poco hipócrita que prohíban un dispositivo para fumar , pero en sí el cigarro y fumar no esté prohibido”, conluyó.

FS

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