Un desplome en el ingreso de los recursos, la falta de medicamentos, la sobresaturación de las líneas de ayuda y hasta un cambio radical en la forma de trabajar, son las problemáticas que se han encontrado las personas dedicadas a la protección animal en Tamaulipas.
Lupito, es el nombre de un gato rescatado el pasado 12 de diciembre (2020), recibió un hogar temporal y está en espera de ser adoptado por alguna familia; sin embargo, en tiempos de covid-19, es una aspiración difícil porque “creció el abandono de mascotas” ya que las familias se han quedado sin empleo y tienen dificultades para el sustento diario.
América Sandoval Morales, directora y fundadora de “Patitas de la Calle”, precisó que el respaldo de los animalistas cayó “hasta el 50 por ciento” durante el periodo de aislamiento y limitaciones por el coronavirus, y a su vez, “se dispararon las llamadas de rescate de animales hasta 80 por ciento”.
Lo más crítico que se ha podido observar durante el periodo de sana distancia en el patio de hogares de familias del sur de Tamaulipas, es a perros más grandes matando a algunos más pequeños porque no han sido alimentados correctamente, lo cual algunos activistas han podido captar en video.
Pero la pandemia no ha desencadenado solamente en el maltrato animal, los daños colaterales se han relacionado con el déficit de algunos padecimientos crónicos en las mascotas, los cuales han ido en aumento debido al crecimiento de perros y gatos en condición de calle existentes en la zona conurbada.
“El medicamento para tratar el TBT (cáncer en perros) se agotó: por ejemplo, el sulfato de vincristina, que es un antineoplásico para tumores de los perros antes de la pandemia costaba 180 pesos, en estos momentos debido al desabasto hay algunas personas que lo venden en mil 800 pesos”, aseveró la activista.
La pandemia los presionó para conseguir recursos
El activismo en pro de los animales requiere sí o sí de recursos económicos para mantener a los animales, pero la pandemia y la necesidad de las especies varias rescatadas en un albergue motivaron a los jóvenes del Grupo Cobea a idear opciones durante los últimos meses.
“La pandemia más que motivarnos a cambiar la forma de conseguir apoyo, nos presionó para eso”, contó a MILENIO Tamaulipas el joven Guillermo Ruiz, director del Grupo Cobea.
Él, junto a los activistas y especialistas en medio ambiente mantienen un centro de rescate ubicado en las instalaciones del Cetmar ubicado a unos metros de playa Miramar.
Antes de la pandemia (la cual comenzó a afectar en Tamaulipas a mitad de marzo del 2020) los activistas lograban beneficios alimentarios para los animales en resguardo mediante pláticas de medio ambiente y ecología en universidades y escuelas; sin embargo, eso terminó con las clases a distancia.
“El covid-19 representó un impacto muy grande a nivel económico porque no recibimos apoyos de gobierno, así que empezamos a pedir ayuda a la iniciativa privada y fue como logramos levantar el centro de rescate que se ubica en el Cetmar”, indicó el responsable del Grupo Cobea.
El acercamiento con la IP logró una inversión superior a los 300 mil pesos en el centro de rescate, en el cual se adecuaron los terrarios o espacios en donde descansan las especies que allí se encuentran, las cuales, en su gran mayoría, han sido rescatados de algún incidente o han sido recuperados del tráfico ilegal.
En este momento se cuenta con 120 animales de diversas especies como cocodrilos, catanes, nutrias, coatíes, loros en peligro de extinción, una gran cantidad de tortugas, además de otras especies, las cuales se mantienen en dicho refugio en espera de su próxima liberación.
Otra de las ideas para mantener dicho espacio, fue la organización de visitas guiadas durante los fines de semana, en las cuales se les explica a los ciudadanos y amantes de la naturaleza sobre los animales que allí se encuentran, por la módica cantidad de 50 pesos.
Dicha aportación ha sido hasta el momento uno de los pilares para poder mantener y alimentar a los animales rescatados, los cuales en un futuro se planea liberar en pro de su conservación en diversos ecosistemas de Tamaulipas.
San Antonio Abad
El 17 de enero se celebra el día de San Antonio Abad considerado el protector animal o santo de los animales, y se dedica a todas aquellas personas y asociaciones que ofrecen su tiempo y su esfuerzo para proteger a los que no tienen voz.En medio de la vida austera que llevó, descubrió la sabiduría y el amor divinos a través de observar a la naturaleza. De esa revelación, adquirió la costumbre de bendecir a los animales y a las plantas. A partir de su muerte, fue invocado como protector de los animales.
Por ello, esta celebración trata de recordar el equilibrio que debe existir entre el hombre y la naturaleza; en este caso específico, con los animales y/o plantas. Por ser San Antonio protector de los animales se acostumbra a que en su fiesta se lleven a bendecir los animales domésticos, es por ello que en los templos los feligreses llevan a sus mascotas para ser benditas por los sacerdotes.
EVT