La madrugada del 8 de enero despegó la nave Peregrine Lunar Lander cuya tripulación consta de instrumentos científicos de siete países, entre ellos cinco micro robots diseñados en México con el fin de explorar la superficie del satélite natural de la Tierra.
Sin embargo, tras unas horas de su despegue se aunció que toda la misión podría encontrarse en peligro, por lo que los artefactos Proyecto Colmena, podrían no cumplir con su objetivo.
Y es que los enviados especiales fueron pensados para convertirse en un ligero enjambre de exploradores y mineros lunares: con 60 gramos y 12 centímetros de diámetro, estos robots pesan menos que una manzana y son de los más pequeños que han llegado al espacio.
'Proyecto Colmena' de la UNAM: ¿está en peligro la primera misión lunar mexicana?
Uno de sus objetivos es aportar avances a la ingeniería: al enfrentarse al hostil mundo lunar, sus creadores esperan averiguar más sobre los problemas a los que se enfrenta la tecnología en ambientes espaciales.
“El “enjambre” demostrará su capacidad para sobrevivir, moverse y comunicarse”, señala la página del Laboratorio de Instrumentación Espacial del Instituto de Ciencias Nucleares (LINX-ICN), de la UNAM, lugar en el que los robots fueron desarrollados.
Sin embargo, para llegar a este punto tendrán que cumplirse varias fases previas que se irían desarrollando a lo largo de la estancia de los robots en la Luna. Este es el itinerario previsto, según los reportes de LINX-ICN.
¿Cuál es el plan en la luna?
Actualmente la fase 1 (el lanzamiento) fue superada, por lo que ha entrado en marcha el siguiente paso: la trayectoria, misma que dará paso al alunizaje, es decir, la fase 3 de la misión, sin embargo, hasta ahora el panorama apunta a que estas dos fases podrían no llegar a concretarse. En caso de que Astrobotic tenga éxito (empresa privada estadounidense a cargo de la misión), esto es lo que pasaría con el enjambre de robots.
Una vez que la nave Lander alunice tendrán que pasar entre uno y dos días para que las unidades Colmena sean ‘liberadas’.
Esto con el fin evitar al máximo algunos factores que pudieran llegar a poner en riesgo la misión. Por ejemplo, para ese entonces el exceso de combustible expulsado por la nave se habrá disipado, además, el regolito (polvo fino y gris que recubre toda la superficie) se habrá asentado y los otros Rovers llevados por el Módulo Lunar Peregrine se habrán alejado.
Es así como se da la fase 4, es decir el despliegue de colmena. El primero en ‘despertar’ será el TTDM —es decir, el módulo que permitirá comunicación y vigilancia de los robots— tras la verificación de que todos sus sistemas se encuentran en orden, se dará paso a la liberación de las unidades, mismas que serán expulsadas al superficie lunar con ayuda de una catapulta.
Es aquí cuando inicia la fase 6, en la que los robots se activarán con ayuda de la energía solar y comenzarán a ‘adaptarse’ a su nuevo entorno (es decir, iniciará la secuencia de calibración). Una vez listos, buscarán agruparse para iniciar con la exploración en conjunto.
Se espera que luego de tres horas y una vez reunidos, los robots comiencen a enviar señales al TTDM.
“A partir de este momento dedicarán su energía a la medición de los parámetros para la caracterización del plasma polvoroso (polvo lunar con carga electrostática en el que se encuentran)”, señala el Laboratorio de Instrumentación Espacial del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM.
Una vez finalizada la fase 6, la misión se daría por concluida con el apagado de los robots. Esto ocurrida debido a la llegada de la noche lunar, (que se presenta luego de 14 días terrestres).
¿Por qué? La noche lunar es uno de los aspectos más complicados de una misión sobre el satélite terrestre, pues los artefactos humanos enviados no suelen soportar los extremos térmicos (en este caso un frío extremo provocado por la ausencia de la luz solar).
Es por ello que hay incertidumbre sobre la fase 7, ya que hay posibilidad de que los robots se reactiven tras el periodo de la noche lunar. Sin embargo, también hay una amplia probabilidad de que no sobrevivan.
“Este evento se considera como un suceso extendido, dado que tampoco hay certeza de que el Módulo Lunar Peregrine haya logrado sobrevivir”, se lee en el portal de LINX.
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LHM