Desde abril, cuando el Congreso aprobó su uso medicinal, la mariguana ha estado al centro de muchos debates entre profesionales y en las dudas de los pacientes. Pero, ¿qué tienen que decir los doctores al respecto? ¿Qué debemos saber del cannabis sativa y los fármacos que derivan de esta planta?
El doctor Eduardo Barragán, neurólogo del Hospital Infantil de México, dice que una de las aclaraciones importantes que se tiene que hacer respecto de la legalización de la mariguana es que, a diferencia de lo que mucha gente piensa, lo que quedó legislado para uso médico fue el aceite que se extrae de la caña, y no la planta entera.
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Y aunque en el documento que se presentó en el Congreso se aclara que los productos que contengan derivados del cannabis en concentraciones del 1% o menores, y que tengan amplios usos industriales, son los que podrán comercializarse, las regulaciones que quedan por hacerse son primordiales porque, por lo pronto, todo el aceite de cannabidiol que se puede conseguir en México —de forma legal— es importado.
Si bien en el país abundan los aceites artesanales, al consumirlos se corre el riesgo de que se estén tomando dosis demasiado concentradas, que podrían ser dañinas. Ese es el motivo por el que el doctor Barragán considera importante "que la Secretaría de Salud termine de hacer la regulación de cómo producir y distribuir la mariguana como medicamento”, ya que esto bajaría los costos, porque en este momento el tratamiento aún es caro, y por otro lado, se podría garantizar mayor seguridad para la población, sobre todo en el tema de las dosis.
>>Aceite versus hoja
Hay dos cosas importantes a la hora de enfrentar la forma de consumo medicinal. Mientras que cuando se fuma se produce una combustión en la que se generan gases tóxicos, el aceite cumple una función más directa y menos dañina, a eso hay que sumarle que “usar el aceite es más seguro que fumar la hoja, porque si te fumas la hoja, ahí viene todo lo que absorbió la planta (pesticidas, químicos)”, a diferencia del aceite, que al ser extraído pasa por procesos de filtración, que garantizan que se elimine gran parte de lo absorbido por la planta, dice el doctor Barragán.[OBJECT]
Y aunque su versión procesada es más segura, el doctor también señala que “el aceite genera tolerancia, como cualquier otro medicamento, y entonces puede perder el efecto. Lo que hemos aprendido con nuestros pacientes es que la gente tome el aceite una semana y suspenda un día. Pareciera que la suspensión favorece que hagas un limpiado de los receptores y esto reactive los receptores de cannabinoide. Asi se puede mantener el beneficio de los cannabinoides sin perder el efecto.”
>>¿Para qué se usa?
Existen dos áreas principales en las que el cannabis ha mostrado buenos resultados: En los trastornos de movimiento que se refieren, por ejemplo, a pacientes con epilepsia refractaria, y a la recuperación en niños con encefalitis viral. Asimismo, para trabajar problemas de sueño, en este rubro se ha logrado conciliarlo sin tener rebotes al día siguiente, en pacientes con autismo o retraso mental.
Para los pacientes con autismo “el CBD (cannabidiol o cannabinoide no psicoactivo) solo, o el CBD con un poco de THC (Tetra Hidro Cannabinoide) se ha utilizado para mejorar los trastornos de conducta, sobre todo en los pequeños que tienen problemas de agitación psicomotriz. En estos casos, el cannabinoide resulta ser un excelente tratamiento”, porque ayuda a tranquilizar, comenta el doctor.
>>Una de las claves del THC
El THC es el agente químico que provoca los efectos psicológicos de la mariguana, es decir, la sustancia responsable de cambiar el comportamiento al conectar a los receptores de las células nerviosas. Esto, en especial en algunas partes del cerebro que tienen que ver con la memoria, la coordinación, el pensamiento, el placer y la percepción del tiempo.
>>El lugar para sembrarla
El uso de la mariguana como medicamento o tratamiento es un tema nuevo que se está abriendo al mundo entero y México ha sabido reconocer su importancia. Las áreas más atractivas para investigar su papel son las siguientes:
- Como reforzador en enfermedades inmunológicas, como esclerosis múltiple, Lupus eritematoso sistémico y enfermedades antofosolíticas.
- Su función para la epilepsia refractaria, en la que ha tenido un gran impacto debido a que se ha podido documentar la disminución de ataques epilépticos en quienes han utilizado este tratamiento en Estados Unidos, por ejemplo.
- Su aplicación a través de nanopartículas de nanomedicina para que ingrese de manera más directa, tenga efectos mucho más profundos y sostenidos.