Las lluvias del fin de semana desembocaron en tragedia: la noche del 13 de septiembre el agua arrastró con fuerza la tierra del cerro de San Luis Ayucan, dejando sepultada parte de la comunidad ubicada en el municipio de Jilotzingo, Estado de México.
En el accidente fallecieron cuatro habitantes de la localidad, entre ellos, una bebé de apenas tres meses. Tras más de 24 horas de lo ocurrido aún se mantenían las labores de búsqueda para localizar a seis personas, como adelantó la Coordinación Nacional de Protección Civil en un comunicado.
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Aunque la mayoría de los deslizamientos de tierra son causados por lluvias, existen otros fenómenos naturales que también pueden detonarlos como los terremotos, erupciones volcánicas, deshielos e incluso, la fuerza de gravedad.
Además, hay acciones que pueden agravar su impacto, por ejemplo, la tala de árboles o el asentamiento de comunidades en puntos potencialmente expuestos.
En México las caídas, derrumbes, deslizamientos, desprendimientos y/o flujos son bastante comunes: la mayor parte del país es propensa a sufrirlos durante la temporada de lluvias, de hecho, se calcula que alrededor de 44 personas al año pierden su hogar debido a estos fenómenos.
Según el mapa de Indicadores Municipales de Peligro, Exposición y Vulnerabilidad, hay demarcaciones que corren mayor riesgo de experimentar deslizamientos de tierra. El listado señala que los municipios con mayor susceptibilidad de laderas son:
Hidalgo
- La Misión
- Nicolás Flores
- Huazalingo
- San Bartolo Tutotepec
- Huehuetla
Veracruz
- Ilamatlán
- Texcatepec
- Tlachichilco
- Las Minas
- Chocamán
- Atzacan
- Naranjal
- Zongolica
- Mixtla de Altamirano
- Texhuacan
- Tehuipango
Puebla
- Tlaxco
- Tlacuilotepec
- Pahuatlán
- Naupan
- Juan Galindo
- Tlaola
- Tlapacoya
- San Felipe Tepatlán
- Hermenegildo Galeana
- Amixtlán
- Coatepec
- Olitlan
- Hueytlalpan
- Zapotitlán
- Huitzilan
- Cuautempan
- Ixtepec
- Caxhuacan
- Atlequizayan
- Xochitlán de Vicente
- Jonotla
- San Sebastián Tlacotepec
- Coyomeapan
Oaxaca
- Santiago Texcalcingo
- Santa Maria Teopoxco
- San Jerónimo Tecóatl
- San Lucas Zoquiapan
- Mazatlán Villa de Flores
- Huautla de Jiménez
- Santa María Chichotla
- Eloxochitlán de Flores Magón
- San Pedro Ocopetatillo
- San Mateo Yoloxochitlán
- Santiago Comaltepec
- Santa Ana Yareni
- San Juan Yaeé
- San Juan Tabaá
- Santa María Ozolotepec
- San Pedro el Alto
- Pluma Hidalgo
El centro y norte del país concentran zonas con riesgo alto, de acuerdo con un estudio del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), la entidad con el mayor número de población, escuelas y hospitales expuestos a deslaves es el Estado de México. En contraste, los lugares en donde el peligro es bajo o muy bajo se ubican principalmente en la Península de Yucatán.
¿Qué hacer si vives en una zona de alto riesgo?
En caso de vivir en zonas expuestas a deslizamientos, hay varias puntos de prevención a considerar, según la Cruz Roja Americana y el Cenapred:
- Tomar en cuenta los antecedentes: si en el pasado han ocurrido derrumbes es muy probable que el futuro se repitan en la misma zona
- El hundimiento y agrietamiento de la parte media o alta de una ladera son indicios de peligro
- La inclinación de árboles o incluso pequeños temblores también pueden ser factores de alerta
- Es necesario conocer los planes locales de respuesta y desalojo
- Verificar que el sistema de desagüe de agua se encuentra funcionando correctamente
- Poner atención a los suelos sumamente húmedos: son señal de riesgo, pues son “susceptibles a deslizamientos en masa”.
- Los ruidos inusuales, como el crujido de árboles o el choque de rocas podrían ser señal de movimiento
- Es necesario mantenerse alerta ante cualquier crecida o disminución repentina en el caudal de arroyos o canales. Si el color del agua cambia de clara a turbia puede ser un indicador.
- Si hay tormentas fuertes o intensas se recomenda mantenerse despierto y alerta, ya que muchas muertes causadas por deslaves ocurren mientras la gente duerme.
- El riesgo de deslizamiento continúa por varios días, por eso es importante no confiarse aunque haya dejado de llover.
El desgaje de Teziutlán
El cinco de octubre de 1999 quedará en la memoria de los habitantes de Teziutlán, una pequeña localidad ubicada en la sierra nororiental de Puebla que fue sepultada en lodo.
Según un estudio publicado seis años después de la tragedia, la estructura geológica de la región sumada con la actividad humana y cuatro días de lluvias intensas dieron como resultado una poderosa avalancha negra. El Conapred calcula que aquel día 110 personas fallecieron sepultadas y alrededor de 500 perdieron su hogar por el deslave.
En la investigación, los geógrafos enfatizaron el papel que tuvo el crecimiento de la comunidad en zonas de riesgo, pues esto “magnificó el fenómeno”.
Así como en México, otros países se enfrentan a este tipo de desastres: el 44% del territorio estadounidense podría sufrir desplazamientos de tierra según lo detectado en el nuevo mapa del Servicio Geológico de Estados Unidos.
Este proyecto se impulsó principalmente para sumar esfuerzos en la reducción de riesgos y planificación del uso de la tierra ya que al mostrar dónde se encuentran las áreas potencialmente inestables “planificadores e ingenieros puedan priorizar y mitigar mejor los futuros peligros”.
LHM