Quienes fuman lo saben, decidir apagar el cigarro para siempre no es tarea fácil. Muchos de los exfumadores dicen que aunque pasen años de no encender un cigarro nunca deja de antojárseles volver a fumar y eso es algo con lo que luchan siempre.
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Rocío Pérez, de Vitónica, enlista una serie de situaciones y factores que hacen difícil llevar a cabo la intención y cómo poder superarlos.
1. Lo ves como un sacrificio
La idea de sacrificio implica renunciar a algo bueno. Mejor piensa que al dejar de fumar mejorará tu calidad de vida y tu salud.
2. No cambias de hábitos
Busca algo para sustituirlo, algo que te tenga las manos ocupadas y pueda llevarte más o menos el mismo tiempo. Come caramelos sin azúcar o utiliza un juguete contra la ansiedad.
3. No ves un gran cambio
Ten paciencia. Aunque no lo sientas, inmediatamente después de dejar de fumar la respiración mejora, la piel tiene mejor aspecto y los sabores de los alimentos se perciben mejor.
4. Subes de peso
Esto sucedes porque la ansiedad que sientes al dejar de fumar se canaliza comiendo. Compensa las ganas de fumar ingiriendo algo que no engorde, como los frutos secos, y haz ejercicio.
5. Tus amigos fuman
Ellos no van a dejar de fumar por ti, así que lo mejor es que les informes de tu intención y busques su apoyo, como que no fumen delante tuyo.
6. Te gana la tentación
Después de semanas, meses, incluso años sin fumar, pensaste que por un cigarro no pasaría nada y ahora no consigues quitarte las ganas.
Antes de caer en la tentación pregúntate si vale la pena echar por tierra tu esfuerzo.
7. El estrés
Si eres de los que ante cualquier sentimineto o situación de estrés recurre al cigarro, lo mejor será que desarrolles estrategias alternativas, como hacer deporte, practicar disciplinas relajantes o hasta un cambio de habitación para que desconectes.
CR