El reflujo gastroesofágico es uno de los trastornos digestivos más comunes que se produce cuando el ácido del estómago regresa hacia el esófago, “puede presentar complicaciones graves si es persistente y no se trata”, explicó James East, gastroenterólogo de Mayo Clinic Healthcare en Londres.
“La enfermedad por reflujo gastroesofágico se produce cuando el ácido y los químicos dañan el revestimiento del esófago, por lo que algunas personas podrían sentir un bulto en la garganta, tener dificultad para tragar, dolor de pecho, tos o síntomas tipo asma que pueden empeorar.
“Las complicaciones de la enfermedad por reflujo incluyen esofagitis e inflamación en la porción inferior del esófago. Si persiste, la persona puede desarrollar cicatrices y constricción, estrechamiento del esófago”, detalló.
Con el tiempo, la válvula que se encuentra entre el esófago y el estómago puede empezar a fallar, lo que provocará que el ácido y los químicos dañen el revestimiento del esófago, lo que se conoce como esófago de Barrett.
Y aunque el riesgo es mínimo, quienes padecen esófago de Barrett deben realizarse exámenes médicos frecuentes para controlar que no haya células precancerosas que deriven en cáncer.
“¿Quiénes presentan mayor riesgo de padecer esófago de Barrett? Hombres de piel blanca mayores de 50 años con antecedentes familiares de esófago de Barrett o cáncer de esófago. Fumadores con exceso de grasa abdominal y con síntomas de reflujo que daten de más de cinco años.
“Si una persona presenta tres de esos factores de riesgo, entonces debe someterse a una endoscopia de detección para descartar que padezca esófago de Barrett”, explicó.
En el examen para detectar esófago de Barrett se introduce un tubo delgado con una cámara en el extremo, llamado endoscopio, desde la garganta, para buscar señales de cambio en el tejido del esófago. Se suele realizar una biopsia del tejido extraído para confirmar el diagnóstico.
El tratamiento del esófago de Barrett depende de cuánto hayan crecido las células anormales en el esófago y de la salud del paciente en general. El tratamiento en etapas tempranas puede incluir cambios en el estilo de vida y medicamentos para ayudar a reducir el reflujo ácido y, por lo tanto, la exposición del esófago al ácido.
El esófago de Barrett afecta del 10 al 15 por ciento de las personas que padecen enfermedad por reflujo, añadió East.
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Un grupo mucho menor enfrenta otro riesgo. “Casi uno de cada 200 pacientes con esófago de Barrett desarrollarán adenocarcinoma de esófago por año. El estómago está bien diseñado para enfrentar condiciones altamente ácidas. Pero el esófago no está diseñado para manejar el ácido. Por lo tanto, cuando el ácido regresa, ese reflujo ácido daña las células y las reemplaza con células más resistentes al ácido que provocan el esófago de Barrett”, advirtió.
Existen tratamientos innovadores y medicamentos para la enfermedad por reflujo, como inhibidores de la bomba de protones. Pero primero se deben evitar los desencadenantes, como el café, el alcohol y fumar.
LP