Una coalición global integrada por ONGs y con un droide pacífico como mascota pidió a los líderes internacionales de las Naciones Unidas en su sede de Nueva York (Estados Unidos) que cesen el desarrollo de robots autónomos potencialmente mortales y que podrían comenzar guerras.
¿Por qué representan un riesgo?
Los autores de la "campaña para detener a los robots asesinos" (Campaign to Stop Killer Robots) inciden sobre las armas completamente autónomas, que no requieren de intervención humana. Estos robots "cruzan un umbral moral" al carecer de cualidades humanas como la compasión "que son necesarias para tomar decisiones éticas complejas", explicaron en la web de la campaña.
Los sistemas de armamento autónomo están siendo actualmente desarrollados por países como Estados Unidos, Israel, Rusia, Reino Unido y Corea del Sur. "Si se deja (a estos sistemas) sin revisar el mundo podría entrar en una carrera armamentística robótica desestabilizadora", alertaron.
Además, las armas autónomas "carecen del juicio humano necesario para evaluar la proporcionalidad de un ataque", y pueden ocasionar problemas a la hora de buscar responsables por su actos ante la justicia.
Además de los posibles errores que podrían cometer los robots asesinos, los organizadores de la campaña prevén que "podrían hacer la decisión de ir a la guerra más sencilla", aumentando la cantidad de conflictos y sus consecuencias dañinas sobre la población civil. Alertan de que incluso en usos ajenos no letales como el control de fronteras, los robots autónomos podrían también causar muertes.
Solución
Como solución, la campaña propone prohibir el desarrollo y el uso de todas las armas completamente autónomas, manteniendo el control humano sobre los ataques. Esta petición se dirige tanto a los estados, a quienes se exige el desarrollo de unos principios éticos, como a las compañías tecnológicas y expertos que desarrollan las armas.
Los expertos presentaron sus propuestas en un evento paralelo que tuvo lugar en la sede de las Naciones Unidas de Nueva York, avalado por el Comité de Desarme y Seguridad Internacional de la ONU.
La iniciativa, originada en el año 2012, cuenta con el apoyo de expertos reconocidos como la Alto Representante de la ONU de Asuntos de Desarme, Izumi Nakamitsu, y la profesora estadounidense ganadora del Premio Nobel de la Paz de 1997, Jody Williams, activista contra las minas antipersonales y bombas de racimo.
Los organizadores eligieron como imagen al robot 'David Wreckham'. Este droide reciclado, fabricado con piezas viejas de sartenes y el motor de una silla eléctrica, como recoge The Guardian, era la mascota del programa de televisión de combates entre máquinas Robot Wars, de la cadena británica BBC, emitido desde 1998 y que fue cancelado el año pasado.
cjr