Santa continúa vacunando para combatir el virus, tras su contagio y la muerte de su hermana

Historia. Santa Rizo es una trabajadora hidalguense que aplica la vacuna contra el covid-19, enfermó del virus y la pandemia le arrebató a una hermana, hace un llamado a la población a seguir cuidándose

Santa Rizo sobreviviente de covid, enfermera de profesión del sector salud. (Alejandro Reyes)
Alejandro Reyes
Pachuca /

Santa tiene 68 años, una hija y es zurda. Es enfermera desde hace 45 años y ha trabajado siempre en el mismo lugar, el Centro de Salud Jesús del Rosal en la ciudad de Pachuca.

Viernes, minutos después de las ocho de la mañana, Centro Regional de Educación Normal. Santa se coloca gel antibacterial en las manos y las frota. Su compañera, una enfermera mucho más joven que ella, prepara la jeringa y se la da.


Santa da tres pasos, limpia con una pequeña toalla el costado izquierdo de una mujer que rebasa los 30 años sentada en una silla naranja. Le dice que le aplicará la vacuna de Astrazeneca contra el covid-19 y las reacciones que podría tener. La inyecta con la mano izquierda.

La enfermera regresa a su módulo, el número cuatro, coloca la jeringa en una bolsa negra. Se vuelve a poner gel antibacterial en las manos, su compañera le pasa una nueva inyección y ahora la aplica a un hombre. Repetirá la misma acción una y otra vez durante la mañana.

Santa trabaja para la Secretaría de Salud de Hidalgo (SSH). Comenzó a aplicar la vacuna contra el covid-19 a personas de 60 años y más, luego a las de 50, a los de 40, a los de 30 años y también a los maestros.

Primero estuvo en las instalaciones de la Feria, al sur de la ciudad y ahora está en el Centro Regional de Educación Normal (CREN), también ha aplicado la vacuna en el Centro de Salud Jesús del Rosal.

La enfermera cuenta que en el CREN su módulo aplica 230 dosis por día, comienzan a las ocho de la mañana y terminan a las dos de la tarde. Ahora aplica la vacuna de Astrazeneca a personas de 30 a 39 años.

“Yo exhorto a la gente para que venga a vacunarse, es una protección, no les puedo decir que no les va a dar covid, sí les puede dar pero en menos intensidad y pues convenzan a toda su familia de vacunarse porque está de por medio su vida”, dice.

En el tiempo que lleva aplicando la vacuna contra el covid-19 en Pachuca ha inoculado a mujeres y hombres con los biológicos de Pfizer-BioNTech, Cansino y AstraZeneca.


Santa Rizo Ortiz nació el 23 de octubre de 1953 en la ciudad de Pachuca, vino a este mundo con ayuda de una partera. Tiene seis hermanos, cuatro mujeres y dos hombres. Es viuda, su esposo, Oscar Rubio, murió hace 15 años en un accidente.

En enero enfermó de covid-19, no sabe cómo se contagió pero cree que fue en su trabajo. Tuvo principios de neumonía, le dio fiebre, nauseas, su saturación de oxígeno bajó hasta un 88 por ciento, la medicaron, le hicieron una tomografía y la atendió un neumólogo.

Estuvo en aislamiento durante 21 días mientras el virus salía de su cuerpo. En ese tiempo su hija, Nancy Mayeli, fue quien se hizo cargo de ella, la atendió en todo momento en casa.

“Gracias a Dios me dio oportunidad de seguir, mi hija fue la que me estuvo cuidando cuando a mí me dio covid, me estuvo dando todo lo que yo necesitaba, me aislé en un cuarto, me pasaban los alimentos en una mesita, me estuvo dando muchos líquidos, estuvo sanitizando la casa, sin ella no hubiera yo salido adelante”, cuenta.

Tras superar la enfermedad y con el inicio de la vacunación contra el virus en la ciudad de Pachuca Santa recibió el biológico de Pfizer como parte del grupo de personas de 60 años y más.

En julio del año pasado el covid le arrebató a su hermana Lilí. Tras enfermar la hospitalizaron además del virus en su cuerpo tenía diabetes e hipertensión, una semana después perdió la vida. Su hermana tenía 54 años.

“Es horrible, no la sepultamos como está uno acostumbrado, la tuvieron que incinerar, nos ha dejado una experiencia muy fea, emocionalmente es terrible quien padece una enfermedad de estas, no quisieras que ninguno de tus familiares tuviera este tipo de enfermedades”, reflexiona.

Ya en confianza Santa dice que fueron sus papás quienes le pusieron ese nombre, que en casa la llaman así, Santa, pero que también la llegan a decir Santi o Santísima.

-¿Cada que viene a aplicar la vacuna qué piensa antes de llegar?

-Ay pues me vengo contenta porque voy a apoyar aquí a toda la población.

-¿Qué siente que está ayudando a las personas con la vacunación?

-Pues siento que va a ser un apoyo y que ojalá que se termine todo esto muy rápido para que ya todos estemos protegidos.

-¿Qué le dice su familia de que aplica la vacuna contra el coronavirus?

-Pues que me cuide porque no estoy exenta de no volver a padecerla, que tenga las medidas necesarias como el cubrebocas, la sana distancia, lavado de manos frecuente, no convivir directamente con pacientes.

-¿Qué opina del covid?

-Ay pues es una enfermedad muy horrible, nunca pensamos que fuéramos a presentar este tipo de enfermedades, que se hiciera una pandemia, yo he visto enfermedades anteriores pero nunca una como esta.

-¿Las personas le dan las gracias después de que les aplica la vacuna?

-Claro que sí, son muy agradecidas, nos comentan que gracias por la aplicación de la vacuna, que no sintieron dolor, que tengo una mano santa –ríe-.

-¿Es feliz siendo enfermera?

-Claro, a estas alturas ya soy muy feliz.

-¿Usted cree en Dios?

-Completamente creo en Dios y él nos va a apoyar para esta pandemia.

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