La siesta es una necesidad fisiológica y no una costumbre, según han subrayado expertos de la Cátedra de Investigación del Sueño de la UGR-Grupo Lo Monaco al recopilar diversos estudios dedicados a clarificar los beneficios de dormir tras la comida.
"Si la siesta es costumbre o tiene realmente alguna utilidad evaluable está llevando a diversos teóricos en la materia del descanso y el sueño en general a evaluar los posibles beneficios o perjuicios de la misma", indicó el doctor Alejandro Guillén Riquelme.
Entre los estudios recopilados se encuentra uno de la Universidad de Atenas, que concluyó que dormir la siesta ayuda a protegerse contra el estrés y las enfermedades cardiovasculares. Además, según el doctor James Maas de la Universidad de Cornell, la siesta estimula la creatividad, relaja las tensiones y aumenta el rendimiento laboral.
"El hombre es un animal bifásico y a mitad de la jornada sufre una caída en los niveles de atención y de las constantes vitales. La única manera de combatirla es con un sueño, de preferencia breve y ligero, pero suficiente para paliar nuestro déficit de horas de descanso", explicó Maas.
Otras investigaciones apoyan que la siesta favorece el rendimiento intelectual, la capacidad psicomotriz y disminuye la sensación subjetiva de somnolencia.
Una investigación de Harvard (Estados Unidos) también se mueve en esta línea. Varios investigadores han analizado las destrezas de memoria y aprendizaje de dos grupos de voluntarios, uno de los cuales durmió siesta. Se ha concluido que su desempeño era significativamente mejor y que una siesta podría ser tan beneficiosa como el sueño nocturno.
El mismo estudio también ha mostrado que la siesta puede prevenir el bruxismo —que consiste en rechinar o apretar los dientes durante el sueño—, la narcolepsia, la excesiva somnolencia diurna e incrementar las habilidades y la capacidad de concentración.
FM