En el siglo XX la Tierra se oscureció por culpa de los seres humanos

Un nuevo estudio publicado en 'Geophysical Research Letters' comprueba las variaciones en la luz solar que percibimos.

En el siglo XX la Tierra se oscureció (Shutterstock)
DPA
Madrid /

Los diferentes aerosoles derivados de la actividad humana, y no los cambios naturales en la capa de nubes, generaron fluctuaciones en la intensidad de la luz solar observada en las últimas décadas, 'oscureciendo' el planeta.

A finales de la década de 1980, los investigadores de ETH Zurich descubrieron los primeros indicios de que la cantidad de luz solar que llegaba a la superficie de la Tierra había disminuido constantemente desde la década de 1950 como consecuencia de la actividad humana.

El fenómeno se conoció como "oscurecimiento global". Sin embargo, a finales de los años ochenta se hizo evidente una inversión de esta tendencia. La atmósfera volvió a iluminarse en muchos lugares y la radiación solar superficial aumentó.

En un nuevo estudio publicado en Geophysical Research Letters, investigadores del mismo organismo, filtraron los efectos de la cobertura de nubes para ver si estas fluctuaciones a largo plazo en la radiación solar también ocurrieron en condiciones libres de nubes. Resultó que las fluctuaciones decenales en la luz solar recibida en la superficie de la Tierra eran evidentes incluso cuando los cielos estaban despejados.

Los investigadores identificaron los aerosoles que ingresan a la atmósfera debido a la contaminación del aire como el principal contribuyente al oscurecimiento y brillo global. "Aunque ya lo habíamos asumido, no habíamos podido probarlo directamente hasta ahora" dice en un comunicado el autor principal, Martin Wild, profesor del Institute for Atmospheric and Climate Science en ETH Zurich.

Variaciones en la luz percibida tienen relación con la actividad humana

El hecho de que la transición de la atenuación a la iluminación coincidiera con el colapso económico de los antiguos países comunistas a fines de la década de 1980 respalda el argumento de que estas variaciones tienen una causa humana.

Además, en esta época, muchas naciones industrializadas occidentales introdujeron estrictas regulaciones de contaminación del aire, que mejoraron significativamente la calidad del aire y facilitaron la transferencia de los rayos del sol a través de la atmósfera. Por último, la atmósfera se estaba recuperando de la erupción volcánica del monte Pinatubo, que había expulsado grandes cantidades de aerosoles al aire en 1991.

Wild y sus colegas ya habían descartado fluctuaciones en la actividad solar en un estudio anterior. "El sol en sí solo tuvo un efecto infinitesimal e insignificante, que de ninguna manera explica la magnitud de los cambios de intensidad que se habían observado a lo largo de los años en la superficie", dice Wild.

La radiación solar superficial es un parámetro clave para los problemas climáticos. No solo gobierna la temperatura, sino que también tiene un impacto fundamental en el ciclo del agua al regular la evaporación, que, a su vez, gobierna la formación de nubes y afecta la precipitación. Durante el oscurecimiento global, se evaporó menos agua de la superficie de la Tierra, lo que provocó una disminución de la precipitación en todo el mundo.

La radiación solar también afecta la criosfera, es decir, los glaciares, la nieve y el hielo. "El retroceso de los glaciares se aceleró cuando la atmósfera comenzó a iluminarse nuevamente", dice Wild, y agrega: "También es cada vez más importante para la industria solar obtener una mejor comprensión de estas fluctuaciones cuando se trata de planificar nuevas instalaciones".

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